Ayunar durante algunas horas o limitar el aporte calórico son prácticas muy beneficiosas para quienes padecen trastornos cardiovasculares, según se ha explicado en un curso celebrado en Zaragoza.
"Hay muy poca referencia en España a
programas de rehabilitación cardiaca. El ejercicio está infravalorado;
muy pocos médicos asumen que la actividad física regular mejora el
pronóstico de los enfermos", ha señalado Antonio Asso, jefe de
Cardiología del Grupo Quirón, en Zaragoza, y director del VIII Curso
Intensivo de Cardiología y Arritmología para el Médico Clínico (CicaMED
2007), celebrado en Zaragoza.
Asso se ha preguntado "por qué hay
tan pocos pacientes cardiópatas remitidos a rehabilitación", que no es
otra cosa que el ejercicio supervisado. Cree -además- que el ejercicio
físico es "la manera más barata y eficaz" de evitar los riesgos
cardiovasculares. "El ejercicio mejora la función del endotelio en
todos los vasos".
Con un desfibrilador automático implantado o
después de sufrir una angina de pecho, "caminar activamente es muy
beneficioso para el paciente. Es, por tanto, la rehabilitación en este
campo una asignatura pendiente en España".
Limitar las calorías
Además
de hacer ejercicio, ayunar durante algunas horas o limitar el aporte
calórico en la dieta son prácticas también muy beneficiosas para
quienes padecen trastornos cardiovasculares. Y no sólo para ellos.
Según Asso, el ayuno evita éstas y otras dolencias porque favorece la
regeneración de las células.
Fruto de recientes investigaciones,
existe ya constancia de que privarse, por ejemplo, de una o dos comidas
consecutivas produce unas reacciones químicas en las mitocondrias (las
baterías de las células que forman los organismos vivos) que reparan
las paredes de estas células, favoreciendo su mayor longevidad.
"Hay
al menos dos enzimas, sirt 3 y sirt 4, protectoras de la célula, que
aumentan cuando hay privación calórica". Otros estudios de
investigación básica citados también en el curso celebrado en Zaragoza
demuestran una mejora de la sensibilidad de la insulina con el ayuno
continuado. Son resultados que vienen a contraponerse a la actual
epidemia de obesidad.
Asso ha advertido de que "estas
observaciones se encuentran en fases experimentales, pero permiten
augurar en el medio y largo plazo la síntesis de sustancias de gran
impacto en la prevención y el tratamiento de la ateroesclerosis, que es
el primer enemigo de las sociedades occidentales en términos de salud
cardiovascular".
Los primeros resultados a este respecto fueron
presentados en noviembre pasado en el congreso de la Asociación
Americana del Corazón, donde se aludió a estudios en grupos de
población que ayunan regularmente, como los adventistas. En ellos se
encontraron menos riesgos cardiovasculares.
Asso organiza cada
año, desde hace ocho, este curso, que pone en contacto a especialistas
y médicos de primaria. Según su promotor, "trata de ir al inicio del
problema cardiaco, que es el clínico. Es la clave del éxito en
cardiología", especialidad que parte de la observación y que necesita
de un diagnóstico precoz.
Cambia la historia natural
Otras
líneas de investigación abiertas en cardiología se centran en el
desarrollo de la alternancia de la onda T, como método diagnóstico no
invasivo útil para estratificar los riesgos. Antonio Asso, especialista
en electrofisiología cardiaca, cree que esto es de vital importancia
para tratar la muerte súbita "sin sobretratar".
Existen también
ensayos ampliamente difundidos con células madre, de regeneración
celular, y estudios tecnológicos "para facilitar técnicas que aún son
complejas en el intervencionismo coronario". Y si todo eso no funciona,
"está la resincronización cardiaca con desfibrilador implantable", ha
añadido Asso. "El caso es que con los avances tecnológicos estamos
cambiando la historia natural de las enfermedades".
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