Un estudio en ocho países europeos desmitifica los regímenes bajos en calorías para adelgazar.
El consumo de alimentos
ricos en proteínas reduce el riesgo de volver a ganar peso después de
haberlo perdido. Es lo que señala un estudio para combatir la obesidad
efectuado en ocho países europeos y en el que han participado más de
1.500 personas. Los resultados preliminares del llamado estudio Diogenes
(acrónimo de Dieta, Obesidad y Genes) concluyen que si las proteínas
ayudan a mantenerse en el peso después de perderlo, una dieta pobre en
azúcares (hipoglucémica) no reporta beneficios.
Las primeras conclusiones de este gran estudio efectuado en Europa han sido presentadas hoy en el Congreso Europeo sobre Obesidad, celebrado en Ginebra.
El profesor Arne Astrup, coordinador del
estudio, ha recordado que en Europa la obesidad es responsable directa
de más del 5% de los presupuestos nacionales de salud, y ha destacado
el hecho preocupante de que la epidemia afecta cada vez más a los niños.
Sus autores partieron de la base de que mucha
gente es capaz de perder peso haciendo distintos tipos de dieta, pero
que lo difícil es mantenerse en el peso después de haberlo perdido, lo
que consideran que es uno de los principales factores para el gran
aumento de la obesidad que se observa en Europa, tanto entre adultos
como entre niños.
En el estudio han participado 565 familias (más
de 1.500 personas) de ocho países (España, Reino Unido, Bulgaria,
República Checa, Alemania, Dinamarca, Holanda y Creta), que antes de
comenzar la experiencia habían perdido una media de 11 kilos. Los
miembros adultos de las familias debían perder al menos el 8% de su
peso corporal antes de ser admitidos en el posterior estudio dietético.
Después de esa fase de pérdida de peso, los participantes fueron
elegidos al azar para seguir dietas ricas o pobres en proteínas o ricas
o pobres en azúcares durante seis meses.
Los datos preliminares presentados hoy se basan
en los resultados obtenidos en dos ciudades, Copenhague (Dinamarca) y
Maastrich (Holanda), donde sendos supermercados que participaron en el
estudio proporcionaron alimentos de forma gratuita a los participantes,
de acuerdo con la dieta que les correspondiera.
"Hemos concluido que el contenido en proteínas es
importante para evitar el volver a ganar peso, mientras que una dieta
pobre en azúcares no proporciona ningún beneficio", ha explicado Arne
Astrup. Los investigadores tampoco observaron un resultado positivo en
las personas que siguieron una dieta basada en la interacción entre
proteínas y azúcares.
El resto del estudio, en los otros seis países
participantes, donde los individuos no consumieron alimentos
suministrados por supermercados, sino que únicamente recibieron
instrucciones en cuanto a su dieta, se están analizando actualmente.
Según ha declarado el profesor Astrup, el
objetivo del estudio es dar un mensaje claro a los consumidores
europeos sobre qué dieta es la más eficaz para controlar el peso y que
la obesidad es un problema de salud global.
Aunque la obesidad está determinada en gran parte
por factores genéticos e intrauterinos, "la actual epidemia de obesidad
está influida fuertemente por factores de un estilo de vida adverso",
ha subrayado el experto.
Los resultados finales del proyecto Diogenes serán presentados en una reunión que tendrá lugar en Amsterdam en mayo de 2009.
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