Un grupo de científicos japoneses ha identificado una proteína clave en el virus del síndrome respiratorio agudo severo (SRAS) que podría permitir el desarrollo de nuevos agentes terapéuticos contra éste y otros coronarivus, según se publica hoy en PNAS.
El coronavirus que causa el síndrome
respiratorio agudo severo, más conocido por sus siglas SRAS, ha
infectado a más de 8.000 personas en todo el mundo, cobrándose la vida
de un 10 por ciento de ellas. Aunque el brote de este patógeno, que
protagonizó una epidemia en China en 2004, ya está controlado, aún no
se conocen bien los entresijos de esta enfermedad infecciosa.
Se
ha sugerido que una proteína del SRAS, llamada spike, que a su vez
reduce los niveles de otra proteína, la enzima conversora de la
angiotensina 2 (ECA2), es clave en la inducción de la susceptibilidad a
la enfermedad.
De hecho, varios trabajos han demostrado que los
ratones que carecen de la proteína ECA2 son más susceptibles a sufrir
insuficiencia respiratoria. También se había visto que niveles más
bajos de la enzima se relacionan con los casos más graves de la
enfermedad.
Para determinar el papel de la proteína en la
patogenicidad del virus, un equipo de científicos japoneses ha
comparado la actividad del agente responsable del SRAS con otro
coronavirus, el HNL63, que causa el resfriado común.
Según
las conclusiones de ese trabajo, que se publican hoy en Proceedings of
the National Academy of Sciences, a pesar de que la proteína spike del
virus del resfriado también se une directamente a la proteína ECA2, el
efecto clínico es moderado comparado con el que origina el virus del
SRAS.
Daño tisular
Al comparar cómo
responden las células a la infección por estos virus, los autores del
estudio hallaron que la interacción entre el virus del SRAS con la
proteína ECA2 cristaliza en la producción de un compuesto que acaba
dañando los tejidos, lo que no ocurre cuando el virus patógeno es el
HNL63.
Los científicos sugieren que la proteína ECA2 tiene una
función crítica en la entrada del virus en la célula y, en
consencuencia, en la alteración del tejido. Este hallazgo constituye
una importante pista para el desarrollo de nuevos tratamientos contra
el síndrome.
No existen agentes indicados específicamente para
la infección por coronavirus, aunque el Centro para el Control y
Prevención de Enfermedades, de Atlanta, en Estados Unidos, investiga
varios compuestos; entre ellos, se analizan diversas moléculas que
actúan frente a las proteasas virales 3CLpro y PLpro.
Yukihito
Ishizaka, del Centro Médico Internacional de Japón, en Tokio, es el
autor principal de este estudio, cuyo primer firmante es Shiori Haga.
(PNAS DOI: 10.1073/ pnas.0711241105).
Murciélagos o civetas
Han
pasado cuatro años desde que la Organización Mundial de la Salud diera
por finalizada la epidemia de SRAS, cuyo epicentro se situó en China.
Desde ese año no hay nuevos casos de la infección en el hombre, pero en
todo el mundo se trabaja para ampliar el conocimiento del coronavirus
causante del síndrome. Uno de los hallazgos más recientes, realizado
por investigadores de la Universidad Estatal de Ohio, ha revelado que
el virus tuvo su origen en los murciélagos.
Habrá que
contrastar la hipótesis, pues la comunidad científica no se pone de
acuerdo sobre la procedencia del virus que causó el SRAS en humanos. Sí
parece que la infección en el hombre desapareció cuando se eliminaron
en China las civetas, identificadas como los reservorios y las fuentes
de contagio.