Estudios realizados tanto en hombres como en monos muestran la eficacia del tratamiento.
Investigadores informan que podría haber una forma de tratar la
disfunción eréctil en los hombres que no respondan a medicamentos como
el Viagra. La terapia genética Maxi-K consiste en la
transferencia de un gen que mejora la disfunción eréctil. Dos estudios
sobre el gen fueron presentados el martes en la reunión anual de la
American Urological Association en Orlando, Florida. "La
tecnología de transferencia genética tiene el potencial de mejorar a
largo plazo la disfunción eréctil", dijo el investigador principal, el
Dr. Arnold Melman, profesor de medicina del Colegio de medicina Albert
Einstein en la ciudad de Nueva York durante una teleconferencia el
martes por la mañana. "El mercado para la disfunción eréctil
es bastante amplio", apuntó Melman. "Y medicamentos como el Viagra no
son tan eficaces en el 40 por ciento de los hombres". Melman
subrayó que una encuesta reciente mostró que el 50 por ciento de los
urólogos consideraría cambiar la terapia de medicamentos actual de sus
pacientes por el tratamiento de transferencia genética. "Así que
creemos que este método será bien aceptado por los médicos y
pacientes", dijo. Los resultados de un ensayo en fase I sobre
transferencia genética en 11 pacientes de disfunción eréctil que no
habían tenido éxito con otras terapias mostraron que la transferencia
genética era segura y que tenía también efectos reconstituyentes. Se
probaron cuatro dosis diferentes durante el ensayo. Los hombres que
recibieron la dosis más alta mostraron mejoras por hasta seis meses,
dijo Melman. "Estos hombres tuvieron una función sexual normal
durante seis meses y luego volvieron al estado en que estaban antes",
dijo Melman. Agregó que dos dosis al año sería suficiente para que la
mayoría de los hombres mantuviera su función sexual normal. Durante
los dos años de seguimiento, ninguno de los hombres informó sobre
alguna anormalidad después de la transferencia genética. El
procedimiento fue seguro y no se observaron efectos adversos, apuntó
Melman. Basándose en estos hallazgos, el grupo de Melman
planea llevar a cabo nuevos ensayos y espera tener un producto en el
mercado dentro de dos años. En otro ensayo, cuatro monos
fueron alimentados con una dieta rica en grasa, lo que redujo su
apetito sexual. Luego que los monos recibieron la transferencia del gen
Maxi-K, se volvieron más "juguetones". Además, el número de
erecciones parciales o completas aumentó en cinco veces, hallaron los
investigadores. También, la frecuencia de las eyaculaciones aumentó
entre los monos que recibieron la transferencia del gen. Además, la
transferencia genética afectó la manera en que los monos se comportaban
con las hembras. "Lo más fascinante fue que aumentó el nivel
de socialización", apuntó el investigador principal George J. Christ,
profesor de urología y jefe del Programa de tejido celular y fisiología
orgánica del Instituto Wake Forest de medicina regenerativa, durante la
teleconferencia del martes. "Después de recibir la transferencia
genética y recuperar la función sexual, se sintieron mejor consigo
mismos". Más información Para información adicional sobre la disfunción eréctil, visite el National Institute of Diabetes and Digestive and Kidney Diseases.
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