La ciencia está cada vez más cerca del desarrollo de una vacuna específicamente dirigida a matar células cancerosas. Científicos británicos lograron identificar una proteína de las células
inmunes con la cual creen que se podrían aprovechar las propias
defensas del organismo para atacar a un tumor. Con una vacuna dirigida específicamente hacia esa proteína, se podría
enviar un mensaje al sistema inmune para que éste ataque a la célula
invasora.
Los científicos del Instituto de Investigaciones de la organización
Cancer Research en Londres, afirman que están a un paso de poder
producir esta vacuna.
La investigación aparece publicada en Journal of Clinical Investigation (Revista de Investigación Clínica).
Ataque dirigido
La proteína identificada por los científicos se encuentra solamente en un tipo de célula inmune llamada célula dendrítica.
Estas células son las responsables de disparar el sistema de defensa
del organismo cuando se ve amenazado por patógenos, organismos que
causan enfermedades.
Los científicos han estado buscando estas proteínas durante 30 años pero hasta ahora han encontrado muy pocas.
Ahora con este hallazgo esperan que una vacuna sea capaz de
dirigir esta proteína para que el sistema inmune ataque específicamente
a las células cancerosas.
Y también, dicen, se podría usar esta misma estrategia para atacar a otros patógenos, como el virus VIH o la malaria.
"Las vacunas funcionan disparando un ejército de células
inmunes, llamadas células T para que ataquen a moléculas foráneas
potencialmente peligrosas", explica el doctor Caetano Reis e Sousa,
quien dirigió el estudio.
"Y las células dendríticas son las mensajeras, las que ordenan a las células T a quien atacar".
"Ahora logramos encontrar un proteína en las células dendríticas
-llamada DNGR-1- que puede ser dirigida por medio de una vacuna",
agrega el investigador.
Larga búsqueda
La estrategia requiere que la vacuna transporte una
muestra de la molécula foránea y la lleve hacia la DNGR-1 en las
células dendríticas.
Y estas células a su vez entregarán la molécula a los ejércitos de células T y les ordenarán atacarla.
Desde que las células dendríticas fueron descubiertas en 1973,
los científicos han estado buscando a las proteínas que puedan ser
usadas para poder llevar una vacuna hasta esas células.
Pero hasta ahora sólo habían logrado encontrar proteínas que existen en otro tipo de células.
La estrategia no puede utilizarse con cualquier tipo de célula
porque éstas podrían llevar instrucciones contradictorias sobre las
moléculas que deben atacar o no llevar ningún mensaje.
Es por eso, afirman los investigadores, que la búsqueda de esta proteína específica era un objetivo tan importante.
Tal como señala la doctora Lesley Walker, directora de
información de Cancer Research, "el desarrollo de tratamientos que
puedan ser dirigidos con precisión al cáncer y que tengan pocos efectos
secundarios es uno de nuestros objetivos primordiales".
"Y los resultados de esta investigación son un avance muy
importante hacia el entendimiento de cómo crear vacunas contra el
cáncer en el futuro".
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