Documento de la American Heart Association para las investigaciones sobre hipertensión arterial. La hipertensión resistente
(HR) es un problema clínico común en los consultorios de atención
primaria y especializados, caracterizada por cifras superiores a las
esperadas a pesar del uso simultáneo de 3 antihipertensivos de
diferentes clases, siendo uno de ellos un diurético. Su prevalencia se
desconoce, pero los estudios clínicos indican que no es rara; se
calcula un porcentaje aproximado del 20 al 30% de los participantes
estudiados. Los factores de riesgo más importantes para la falta de
control de la hipertensión son la mayor edad y la obesidad por lo que
su incidencia aumenta a medida que la población envejece y adquiere más
peso corporal.
La hipertensión descontrolada no es sinónimo de HR. La primera incluye
a los pacientes que siguen hipertensos por mal cumplimiento del
tratamiento o un régimen terapéutico inadecuado. Este estudio aún no se
ha realizado pero los estudios recientes sobre la evolución de la
hipertensión ofrecen como alternativa que los medicamentos sean
entregados sin cargo, el control del cumplimiento sea muy estrecho y se
titulen las dosis siguiendo un protocolo preestablecido.
Pronóstico
El pronóstico de la HR se desconoce, pero es
indudable que el riesgo cardiovascular aumenta cuando el paciente tiene
antecedentes de hipertensión grave de larga data complicada con otros
factores de riesgo cardiovascular, como la obesidad, la apnea del
sueño, la diabetes y la nefropatía crónica.
Características de los pacientes
La falta de control de la hipertensión se observa
mayormente en la presión sistólica. En el estudio Framingham, el 90% de
los pacientes hipertensos tratados habían normalizado su presión
diastólica pero solo el 49% había alcanzado la presión sistólica
esperada (< 140 mm Hg.). Comparados con los pacientes más jóvenes,
solo el 60% de los pacientes de mayor edad habían normalizado la
presión sistólica y el 40% la presión diastólica. En el mencionado
estudio, el principal predictor de la falta de control de la presión
arterial fue la edad más avanzada, ya que menos de la cuarta parte de
los participantes mayores de 75 años alcanzaron cifras sistólicas
adecuadas, comparados con los participantes de 60 años o menos. Otros
predictores importantes de la falta de control de la presión arterial
fueron la hipertrofia ventricular izquierda y la obesidad (índice de
masa corporal > 30). Otros predictores de necesidad de medicaciones
múltiples incluyeron la diabetes mellitas y la residencia en el sudeste
de los Estados Unidos. Los participantes afroamericanos tienen más
resistencia al tratamiento.
Genética y farmacogenética
Como la HR representa un fenotipo extremo, se
podría decir que los factores genéticos pueden representar un papel más
importante en la población general hipertensa. Se ha comprobado que las
variantes genéticas ß y g de los canales de sodio epiteliales
prevalecen en los pacientes con HR. Las variantes genéticas se
asociaron con un aumento de la excreción urinaria de potasio en
relación a los niveles de renina plasmática pero no a la aldosterona
del plasma basal o la actividad de la renina plasmática. La enzima
CYP3A5 (11ß hidroxisteroid deshidrogenasa tipo 2) representa un papel
importante en el metabolismo del cortisol y la corticosterona,
particularmente en el riñón. En un estudio pequeño, se ha relacionado a
un alelo particular de esa enzima con una hipertensión sistólica más
elevada en pacientes afroamericanos normotensos y con la hipertensión
más resistente al tratamiento. La identificación de las influencias
genéticas sobre la resistencia a las medicaciones disponibles en la
actualidad permitirá desarrollar nuevos enfoques terapéuticos.
Es necesario excluir la seudorresistencia,
incluyendo la falta de control secundario de la presión arterial por
mal cumplimiento de la medicación (el 40% de los pacientes de los
consultorios generales recién diagnosticados como hipertensos continúa
hipertenso durante el primer año de tratamiento) o la hipertensión de
guardapolvo blanco (hipertensión persistente en el consultorio y no
fuera de él), como así fallas técnicas en el registro de presión
arterial. Los pacientes con HR sobre la base de un fenómeno de
“guardapolvo blanco” manifiestan menos daño de órgano blanco y
presentan menos riesgo cardiovascular comparados con aquellos pacientes
con hipertensión persistente durante el monitoreo ambulatorio. La HR
casi siempre tiene una etiología multifactorial. El buen resultado del
tratamiento depende de la identificación y la modificación del estilo
de vida que contribuyen a la resistencia de la hipertensión; del
diagnóstico y tratamiento apropiado de las causas secundarias de la
hipertensión y del uso de combinaciones farmacológicas. La falta de
control de la presión arterial es diferente cuando se trata de HR, ya
que se denomina resistencia cuando ha fallado un régimen
antihipertensivo llevado a cabo correctamente.
Características de los pacientes con hipertensión resistente
|
Mayor edad
Hipertensión arterial basal
Obesidad
Excesiva ingesta de sal con la dieta
Enfermedad renal crónica
Diabetes
Hipertrofia ventricular izquierda
Raza negra
Sexo femenino
Residencia en el sudeste de Estados Unidos |
La ingesta excesiva de sodio
contribuye al desarrollo de HR por aumento de la presión y disminución
de la sensibilidad a la acción de los antihipertensivos. El análisis de
pacientes atendidos en un centro especializado por HR comprobó que
ingerían un promedio de 10 g de sal por día, calculado por la excreción
urinaria de sodio en 24 horas.
Se ha comprobado que la ingesta de alcohol
se asocia con mayor riesgo de hipertensión, como así de HR. En un grupo
pequeño de pacientes, un estudio prospectivo demostró que la cesación
de la ingesta de alcohol redujo la presión sistólica ambulatoria de 24
horas en 7,2 mm Hg y de 6,6 mm Hg, la presión diastólica, al mismo
tiempo que la prevalencia de hipertensión descendió del 42 al 12%.
Causas farmacológicas
Los efectos medicamentosos pueden ser muy
personales ya que la mayoría de las personas manifiestan efectos
escasos o nulos, mientras que otras pueden experimentar elevaciones
importantes de la presión arterial.
Medicamentos que interfieren con el control de la presión arterial
• Analgésicos narcóticos
• Antiinflamatorios no esteroides (AINE), incluyendo la aspirina
• Inhibidores selectivos de la COX-2
• Simpaticomiméticos (descongestivos, cocaína, adelgazantes)
• Estimulantes (metilfenidato, dexmetilfenidato, dextroamfetamina, anfetamina, metamfetamina, modafinil)
• Alcohol
• Anticonceptivos orales
• Ciclosporina
• Eritropoyetina
• Licorice natural (planta asiática)
• Compuestos herbarios (efedra o ma huang)
Los más importantes son los analgésicos
narcóticos, los AINE, la aspirina y el acetaminofeno. Aunque los AINE
tienen poco efecto sobre la presión arterial, hay individuos muy
susceptibles en los que se observa gran retención de líquido, aumento
de la presión arterial y, en ocasiones, nefropatía aguda. Se cree que
estos efectos se deben a la producción renal de prostaglandinas (en
especial E2 e I2) con la consecuente retención de sodio. Los ancianos,
los diabéticos y los pacientes con nefropatía crónica tienen mayor
riesgo de manifestar estos efectos adversos. Los glucocorticoides, como
la prednisona, también causan hipertensión por la retención de sodio y
agua (en menor medida lo hacen los mineralocorticoides como la
dexametasona y la betametasona). Licorice es un ingrediente natural
presente en los productos del tabaco que puede aumentar la presión
arterial por supresión del metabolismo del cortisol, lo que estimula
los receptores de mineralocorticoides.
Causas secundarias
Las causan de hipertensión secundaria más comunes son:
• Apnea obstructiva del sueño
• Enfermedad renal parenquimatosa
• Aldosteronismo primario
• Estenosis de la arteria renal
Las causas menos comunes son:
• Feocromocitoma
• Enfermedad de Cushing
• Hiperparatiroidismo
• Coartación de aorta
• Tumor intracraneano
Apnea obstructiva del sueño
La apnea no tratada induce hipertensión arterial.
Es particularmente común en pacientes con HR. En un estudio de 41
pacientes consecutivos, el 83% tenía diagnóstico de apnea del sueño, de
mayor prevalencia y gravedad entre los varones. Como mecanismo, se ha
postulado que la hipoxemia intermitente, con aumento de la resistencia
de la vía aérea superior o sin ella, aumenta la actividad simpática, la
que a su vez aumenta el gasto cardíaco, la resistencia periférica y la
retención de líquidos. También se ha asociado con el aumento de los
radicales de oxígeno libres y la consiguiente reducción de la
biodisponibildad de ácido nítrico.
Aldosteronismo primario
Estudios recientes indican que es una causa de
hipertensión más común de lo que se pensaba (13% vs. el porcetaje
anterior del 6,1%). En estos pacientes, raramente el potasio está
elevado, indicando que la hipokalemia es una manifestación tardía del
trastorno, precedida por hipertensión.
Un estudio inglés comprobó que el aldosteronismo
primario es común (20%) en los pacientes con HR, tanto de origen
afroamericano como de raza blanca. En un estudio realizados en Seattle,
Washington, y otro en Oslo, Noruega, el 17% y el 23% de los hipertensos
tenía hipertensión resistente, respectivamente. Como en la población
hipertensa general, tampoco en la HR se ha identificado el estímulo del
exceso de aldosterona. Algunos invocan al sistema
renina-angiotensina-aldosterona y otros a la liberación de secretagogos
que estimulan la liberación de aldosterona, independientemente de la
angiotensina-II. Aunque la relación causa efecto no ha sido confirmada,
estos estudios indican que la mayor prevalencia de aldosteronismo
primario puede estar relacionada con la creciente incidencia de
obesidad.
Feocromocitoma
El feocromocitoma representa una fracción pequeña
(0,1 a 0,6% de los hipertensos de una población general ambulatoria)
pero importante de causas secundarias de HR. Pero se desconoce la
prevalencia exacta como causa de HR. Tanto la hipertensión sostenida
como la variabilidad de la presión arterial están relacionadas con el
nivel de secreción de noradrenalina. A pesar de haber mejorado las
técnicas diagnósticas, todavía transcurre un período promedio de 3 años
entre los síntomas iniciales y el diagnóstico final. Dicho diagnóstico
debe sospecharse ante un paciente hipertenso con cefaleas,
palpitaciones y sudoración que se presentan de manera episódica, con
una especificidad diagnóstico del 90%. La mejor prueba diagnóstica es
la determinación de metanefrinas libres en el plasma (normetanefrina y
metanefrina), con un sensiblidad del 99% y una especificidad del 89%.
Síndrome de Cushing
Aunque el mecanismo principal de este síndrome es
la hiperestimulación de los receptores de mineralocorticoides no
selectivos al cortisol, también intervienen la apnea del sueño y el
síndrome de resistencia a la insulina. Dada la hiperreactividad de los
receptores al cortisol, los antihipertensivos de uso habitual en la
hipertensión primaria (bloqueantes del sistema renina-angiotensina,
antagonistas de los canales de calcio, bloqueantes adrenérgicos,
diuréticos) pueden perder efectividad. La extirpación quirúrgica de los
tumores secretores de ACTH o cortisol disminuye efectivamente la
presión arterial. El fármaco antihipertensivo más efectivo en el
síndrome de Cushing es un antagonista de los receptores de
mineralocorticoides, como la espironolactona o la eplerenona.
Nefropatía parenquimatosa
La enfermedad renal crónica es al mismo tiempo
una causa y una complicación de la hipertensión mal controlada.
Aproximadamente el 75% de esta población recibe tratamiento
antihipertensivo pero suelen lograrse niveles de presión inferiores a
130/85 mm Hg (en un estudio, solo alcanzó estas cifras el 15% de los
tratados con 3 antihipertensivos diferentes).
Estenosis de la arteria renal
Más del 20% de los pacientes hipertensos
sometidos a cateterización cardíaca presentan estenosis renal uni o
bilateral con un grado de obstrucción mayor al 70%. Sin embargo, no se
sabe cuál es el papel de estas lesiones como causantes de hipertensión.
Los estudios sobre HR al tratamiento suelen revelar una elevada
prevalencia de enfermedad renovascular no diagnosticada previamente, en
particular en pacientes mayores. Las primeras series indicaban que el
12,7% de los pacientes mayores de 50 años derivados a centros
especializados tenían una causa de hipertensión secundaria, siendo la
más común la renovascular (35%). La experiencia con el tratamiento
quirúrgico y de revascularización endovascular indica que algunos
pacientes con enfermedad renovascular mejoran la presión arterial luego
de la corrección de la estenosis renal, pero otros estudios clínicos
aleatorizados no han mostrado beneficios convincentes en cuanto a la
mejoría de la función renal o la presión arterial.
Diabetes
La diabetes y la hipertensión están comúnmente
asociadas, en particular en pacientes con hipertensión de difícil
control, dependiendo del grado de resistencia a la insulina, por su
efecto sobre la actividad simpática, la proliferación de las células
del músculo liso y el aumento de la retención de sodio.
Evaluación
La evaluación de los pacientes con HR está
dirigida a identificar su causa. Ante todo hay que confirmar si el
paciente cumple el tratamiento y si los registros de presión arterial
son correctos, para excluir la seudorresistencia. En general, cuando la
etiología es la obesidad, el consumo excesivo de sodio, la apnea
obstructiva del sueño y la nefropatía crónica, el tratamiento es
multifactorial. La presencia de retinopatía, nefropatía crónica e
hipertrofia ventricular izquierda son signos de mal control de la
hipertensión.
Historia clínica
En ella deben consignarse la duración, la
gravedad y la progresión de la hipertensión, la adherencia al
tratamiento, la respuesta a medicaciones previas y sus efectos
adversos, la medicación actual (incluyendo hierbas y medicamentos de
venta libre), y los síntomas de las causas posibles de hipertensión
secundaria. Se debe indagar sobre la posible apnea del sueño y
antecedentes de aterosclerosis periférica o coronaria, por su relación
con la estenosis de la arteria renal. La hipertensión lábil y los
episodios de cefaleas, palpitaciones y sudoración hacen sospechar el
feocromocitoma.
Mediante el examen físico se pueden descubrir
signos relacionados con las complicaciones de la hipertensión arterial
y las causas secundarias antes mencionadas.
Para descartar la “hipertensión de guardapolvo blanco” es útil el monitoreo ambulatorio de la presión arterial
durante 24 horas. También hay que asegurarse que los registros de
presión se hacen con aparatos validados y se cumplen las
recomendaciones sobre las condiciones en que debe tomarse la presión
arterial. Se debe sospechar que el guardapolvo blanco tienen un efecto
importante cuando la hipertensión en el consultorio es mayor que fuera
de él; en pacientes con tratamiento excesivo, en particular síntomas
ortostáticos, y en pacientes con hipertensión en el consultorio de
larga data pero sin signos de daño de órgano blanco. Si se confirma un
efecto de guardapolvo blanco importante, el ajuste del tratamiento debe
hacerse teniendo en cuenta los registros fuera del consultorio.
Evaluación bioquímica
Debe incluir un perfil metabólico, ionograma,
análisis de orina, determinación matinal de aldosterona y renina
plasmática o actividad de renina plasmática (para descartar el
aldosteronismo primario), y de metanefrinas para investigar el
feocromocitoma, en pacientes en quienes se sospecha ese diagnóstico.
Imágenes no invasivas
Quedan reservadas para pacientes con un nivel
elevado de sospecha (jóvenes, particularmente mujeres, o ancianos con
riesgo elevado de aterosclerosis). El tipo de imagen depende de cada
institución. Los pacientes con nefropatía crónica que no pueden recibir
un medio de contraste pueden ser estudiados mediante la angiografía
por tomografía computarizada (TC). Cuando las imágenes no invasivas son
negativas no está recomendado el arteriograma renal. Dado que la TC
tiene poca especificidad, no está indicada para detectar adenomas
suprarrenales cuando no hay confirmación química de tumores con
actividad hormonal.
Recomendaciones terapéuticas
La HR tiene casi siempre una etiología
multifactorial. El tratamiento está destinado a modificar los factores
provenientes del estilo de vida (pérdida de peso, ejercicios regulares,
ingestión de fibras, dieta hipograsa e hiposódica y moderada ingesta de
alcohol); es necesario diagnosticar y tratar adecuadamente las causas
secundarias de hipertensión y usar regímenes terapéuticos combinados.
Si se identifican efectos adversos de los medicamentos, éstos deben ser
suspendidos o su dosis disminuida. También se debe tratar la apnea del
sueño cuando está presente.
Lograr el cumplimiento máximo
El cumplimiento decae en relación inversa con el
número de comprimidos que el paciente debe tomar, la mayor complejidad
de la dosificación y el costo del medicamento. Es necesario simplificar
el tratamiento al máximo, con el uso de medicamentos de acción
prolongada. La mayor frecuencia de la visita médica y de los registros
domiciliarios de presión arterial favorece la adherencia. El
tratamiento multidisciplinario, el registro de las cifras tensionales
en un diario y la colaboración de los familiares también favorecen el
cumplimiento del paciente.
Recomendaciones no farmacológicas
• Pérdida de peso
• Restricción de la sal de la dieta
• Ingesta de alcohol moderada
• Aumento de la actividad física
• Dieta hipograsa con mayor contenido de fibras
• Tratamiento de las causas de hipertensión secundarias
• Tratamiento de la apnea del sueño
• Tratamiento de la estenosis de la arteria renal
Tratamiento farmacológico
• Suspensión de los medicamentos que interfieren con la medicación antihipertensiva.
• Diuréticos.
Luego de medir el gasto cardíaco, la resistencia vascular y el volumen
intravascular, investigadores de la Clínica Mayo comprobaron que con
frecuencia los pacientes derivados al especialista por HR tenían
expansión de volumen oculta responsable de la resistencia al
tratamiento. Los diuréticos son esenciales para el máximo control de la
hipertensión arterial. En general, las tiazidas de acción prolongada
son las más efectivas. Otro estudio demostró que 25 mg de clortalidona
logró mayor reducción de la presión arterial durante las 24 horas que
50 mg de hidroclorotiazida. La furosemida es de acción más corta y
requiere ser administradas 2 veces por día.
• Tratamiento combinado (2 agentes o más de diferentes clases).
• Antagonistas de los receptores de mineralocorticoides.
Tanto 25 mg de espironolactona como 10 mg de amilorida disminuyeron la
presión arterial pero el efecto de la amilorida fue algo mayor (se
asoció con un importante aumento de la actividad de renina plasmática).
Ambos agentes son seguros y bien tolerados. El principal efecto adverso
de la espironolactona es la ginecomastia, especialmente en los hombres.
A veces se presenta hipokalemia.
Dosificación
Un estudio reciente sobre el control ambulatorio
de la presión arterial mostró que los pacientes que tomaban al menos
una dosis al acostarse tenían mejor control de la presión durante las
24 horas, particularmente, disminución de las presiones sistólica y
diastólica durante la noche. Esto último puede ser importante ya que
los últimos estudios indican que las presiones nocturnas son los
mejores predictores de riesgo cardiovascular, comparadas con los
valores diurnos. Es posible que la administración 2 veces por día de
los medicamentos sin acción diurética mejore el control de la presión
en los pacientes con HR. Sin embargo, este beneficio potencial podría
enfrentarse con la reducción de la adhesión que surgiría por el uso de
regímenes farmacológicos menos convenientes y potencialmente más caros.
Especialista en hipertensión
Los estudios clínicos muestran que los pacientes
con HR se benefician con la atención especializada. Cuando se sospecha
que la resistencia se debe a una hipertensión de causa secundaria, la
derivación es una necesidad. Aunque también merecen ser derivados los
pacientes que no controlan bien su presión luego de 6 meses de
tratamiento, aun sin sospecha de causa secundaria.
Hipertensión resistente controlada
Con la definición actual de HR, los pacientes
cuya presión arterial está controlada pero que utilizan 4 o más
medicamentos, deben ser considerados resistentes al tratamiento. Estos
pacientes tienen mayor riesgo de presentar causas reversibles y/o
secundarias de hipertensión y pueden beneficiarse con el diagnóstico
correcto.
Necesidad de nuevas investigaciones
Como subgrupo específico, los pacientes con HR no
han sido suficientemente estudiados. Los estudios se ven limitados por
el riesgo cardiovascular que tienen estos pacientes, lo cual limita la
suspensión segura de los medicamentos y el tipo y duración de las
intervenciones experimentales que pueden utilizarse para explorar las
etiologías. Las comorbilidades como la diabetes, la nefropatía crónica,
la apnea del sueño y la aterosclerosis también limitan las
investigaciones clínicas. También se hace difícil el enrolamiento de
pacientes que acepten las intervenciones. Otra limitación es poder
conformar un grupo multicéntrico especializado. Por último, expresan
los autores, aun entre los pacientes con HR, existen subgrupos de
pacientes con diferentes etiologías lo que hace difícil su comparación
Se requieren más conocimientos para identificar y
tratar mejor a los pacientes con HR ya que hasta el momento la
prevalencia, los mecanismos y el pronóstico de la HR solo son
supuestos. También se necesitan medios seguros para evaluar la
adecuación del tratamiento diurético. Mientras que muchos estudios
indican que la resistencia al tratamiento suele estar relacionada con
la expansión de volumen refractaria, hay poca información objetiva para
adecuar el tratamiento diurético, incluyendo el uso alternativo y la
dosificación de diferentes tipos de diuréticos.
→ Referencias bibliográficas en formato pdf
Dres. David A. Calhoun, Daniel Jones, Stephen Textor, David C. Goff, Timothy P. Murphy y otros. Traducción y resumen objetivo: Dra. Marta Papponetti. Especialista en Medicina Interna. Hypertension. 2008;51:000-000
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