Estudio halla que los que usan medicamentos más probablemente terminen en el hospital o mueran.
Una investigación reciente señala que los adultos mayores que tienen
demencia y reciben antipsicóticos, incluso por periodos cortos, más
probablemente terminarán en el hospital o hasta mueran. Sin
embargo, los problemas que subyacen a la necesidad de esos
medicamentos, los problemas conductuales como la agresión y la
agitación son muy reales, a la vez que las alternativas a los
antipsicóticos son limitadas, agregaron los investigadores. "Interpretar
los resultados de manera incorrecta sería si no necesitamos hacer algo
para estos residentes de hogares para ancianos", aseguró el Dr. Gary J.
Kenneddy, autor del estudio, jefe de psiquiatría geriátrica del Centro
médico Montefiori de la ciudad de Nueva York. Muchos expertos
consideran que las intervenciones conductuales se deben intentar
primero y los antipsicóticos se deben usar como último recurso, "cuando
el comportamiento o los síntomas psiquiátricos realmente están fuera de
control y causan perturbación completo, no sólo para quien sufre de
Alzheimer, sino para los cuidadores que lo rodean", aseguró Maria
Carrillo, directora de asuntos médicos y científicos de la Alzheimer
Association de Chicago. "Es importante resolver esto con el médico y,
naturalmente, hacer un seguimiento cercano juntos, para asegurarse de
que estos antipsicóticos estén teniendo el efecto deseado y, si no,
descontinuarlos inmediatamente". Los hallazgos fueron publicados en la edición del 26 de mayo de Archives of Internal Medicine. Los
medicamentos antipsicóticos se usan comúnmente para tratar algunas de
las complicaciones conductuales de la demencia, como el delirio. Los
medicamentos antipsicóticos más nuevos, como Zyprexa (olonzapina) y
Risperdal (risperidona) han estado disponibles por cerca de una década
y han reemplazado en gran parte a sus contrapartes más antiguas. Los
investigadores del Instituto de ciencias clínicas de evaluación de
Ontario, Canadá, compararon 20,682 adultos mayores que tenían demencia
y vivían en la comunidad con otros 20,559 que vivían en un hogar para
ancianos entre el 1 de abril de 1997 y el 31 de marzo de 2004. Cada
grupo se dividió en tres subgrupos, los que no recibieron
antipsicóticos, los que tomaban los más nuevos, y los que tomaban los
más antiguos, como Haldol (haloperidol). Según la información
obtenida de los registros médicos, los adultos que vivían en la
comunidad que habían recibido recientemente una receta para un
medicamento antipsicótico más nuevo tenían 3.2 veces más probabilidades
que los que no habían recibido terapia antipsicótica de resultar
hospitalizados o de morir durante treinta días de seguimiento. Los
que recibieron la terapia antipsicótica más antigua tenían 3.8 veces
más probabilidades de sufrir un evento de ese tipo, en comparación con
sus pares que no recibieron terapia antipsicótica. Un patrón
similar, aunque menos dramático, surgió en el grupo de las residencias
para ancianos. Los que tomaron los antipsicóticos más antiguos tenían
2.4 veces más probabilidades de resultar hospitalizados o de morir,
mientras que los que tomaron los más nuevos tenían 1.9 veces más
probabilidades de morir o de resultar hospitalizados durante los
treinta días de seguimiento. Aún así, este estudio tiene sus
limitaciones. "Es un estudio hecho cuidadosamente", aseguró Kenneddy.
"Una falla es que [a los participantes] no se les administraron
antipsicóticos de manera aleatoria. Hubo alguna razón por la que se les
dio el antipsicótico, como agresión o agitación. Podría haber sido
hecho si recientemente habían sido admitidos al hogar para ancianos
como parte del proceso de ajuste. De hecho, los autores
reconocieron que cerca del 17 por ciento de los pacientes que entran a
hogares para ancianos comienzan a tomar un antipsicótico en cuestión de
cien días. "Para cualquiera de nosotros, moverse es como estar
enfermo. Toma algún tiempo recuperarse", explicó Kennedy. "Necesitamos
otro conjunto de intervenciones, además de medicamentos. Lo que eso
implica es que hace falta más personal y mejor entrenamiento, y que
quizá no sea más costoso que los medicamentos". Más información La Alzheimer's Association tiene una declaración sobre el tratamiento de los síntomas conductuales y psiquiátricos de los pacientes de enfermedad de Alzheimer.
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