Quedan puntos por resolver de la polipíldora |
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Diario Médico (por Clara Simón Vázquez)
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Friday, 30 de May de 2008 |
La polipíldora será de gran utilidad en el control de los pacientes que ya tienen enfermedad cardiovascular, pero aún hay que perfilarla. Hace ya algunos años que se empezó a hablar de la posibilidad de administrar en una sola pastilla varios fármacos para el tratamiento de la enfermedad cardiovascular.
En el Congreso Mundial de Cardiología,
celebrado en Buenos Aires, se ha desarrollado una mesa redonda moderada
por Angeles Alonso, del Servicio de Cardiología del Hospital Puerta de
Hierro, de Madrid, en la que se discutieron los pros y los contras de
este prometedor tratamiento.
Alonso ha explicado a Diario Médico
que el objetivo de la polipíldora es mejorar la prevención secundaria.
De hecho, Nicholas Wals, que representaba a Gran Bretaña, sostuvo que
su beneficio se centra en pacientes que ya han tenido un evento
cerebrovascular o coronario, en los diabéticos y en los mayores de 55
años, "ya que esta población ha demostrado que no tiene una buena
adherencia terapéutica".
Valentín Fuster, del Hospital Mount
Sinai, de Nueva York, apuntó que se trata de una estrategia terapéutica
con futuro que en España se está desarrollando con dos condicionantes:
que la población diana deben ser los pacientes que necesitan prevención
secundaria, y solo en este grupo, y se debe intentar probar en los
países en vías de desarrollo, sobre todo en la India, donde la
mortalidad cardiovascular es la primera causa de muerte y la población
no tiene acceso a los fármacos que han demostrado un claro beneficio en
prevención.
No obstante, aún quedan muchas cuestiones por
aclarar, como cuáles son los componentes más adecuados, en qué dosis se
deben administrar, cuál debe ser el objetivo primario de los ensayos
clínicos para poder mejorar la adherencia y cómo se puede medir el
cumplimiento terapéutico.
En representación de Italia estuvo
Gianni Tognoni, que mantuvo los argumentos de su colega Fuster, pero
puntualizando que la polipíldora no es una suma de componentes sino una
nueva estrategia de tratamiento que cambia el concepto de abordaje
individualizado y que estratifica el riesgo de cada paciente en una
forma de prevención en términos generales de población.
Seoane
Martín, miembro de la Agencia Argentina de Medicamentos, se centró en
los problemas a los que se tendrán que enfrentar los reguladores de las
nuevas terapias en la valoración riesgo-eficacia de la polipíldora, ya
que hay que valorar los diferentes componentes, las dosis, el proceso
de calidad de los genéricos y los estudios de bioequivalencia.
Alonso
ha recordado que después de considerar los puntos de vista de los
diferentes especialistas quedan algunas incógnitas por resolver en el
desarrollo de la polipíldora, pero es una opción prometedora. Así,
hay que determinar cuál es la población diana más adecuada, si se
podrán evitar los pacientes que están infratratados o los sobretratados
o si se mejorará la adherencia terapéutica, sin olvidar los beneficios
que puede aportar a los países en vías de desarrollo.
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