Los varones de edad avanzada con más actividad de esta hormona parecen enfrentarse a un menor riesgo cardíaco y su esperanza de vida es mayor.
Los
hombres de edad avanzada con una actividad más elevada de la hormona
IGF-1 (factor 1 de crecimiento de la insulina) parecen tener una
esperanza de vida mayor y un menor riesgo cardiovascular, según un
estudio del Erasmus University Medical Center de Rotterdam (Países
Bajos), que se publica en el “Journal of Clinical Endocrinology & Metabolism”.
La IGF-1 es una hormona similar en su estructura
molecular a la insulina. Es liberada por el hígado y desempeña un
importante papel en el crecimiento infantil y continúa teniendo efectos
anabólicos en los adultos.
Los investigadores evaluaron 376 hombres sanos de
edades comprendidas entre los 73 y los 94 años. Se tomó una muestra de
suero de cada sujeto al inicio del estudio y los investigadores
siguieron el estado de los participantes a lo largo de un período de 8
años.
Los sujetos con los menores niveles de actividad
de IGF-1 tenían una tasa de mortalidad mayor que los que presentaron
una mayor bioactividad de la hormona. Estos resultados eran
especialmente significativos en individuos que tenían mayor riesgo de
morir de complicaciones cardiovasculares.
Los descubrimientos son el resultado de una nueva
forma de evaluar la bioactividad de IGF-1. Utilizaron un nuevo método
para medir el funcionamiento de IGF-1 en sangre. En comparación con los
métodos utilizados de forma más habitual, esta nueva técnica
proporciona más información sobre el funcionamiento o bioactividad del
IGF-1 circulante en el organismo.
Según explica el Dr. Michael Brugts, director del
estudio, "el bioensayo nos permite ver de forma más clara la asociación
entre la bioactividad de IGF-1 y la mayor supervivencia. Es
interesante, no podríamos encontrar tal relación cuando se medía la
IGF-1 en la sangre con los métodos que suelen utilizarse".
Los inmunoensayos, comúnmente utilizados para
determinar los niveles de circulación de IGF-1, eliminan ciertas
proteínas que interfieren con las medidas exactas. Estudios recientes
sin embargo han descubierto que estas proteínas son importantes
moduladores de la bioactividad de IGF-1. El bioensayo utilizado en este
estudio no prescinde o elimina esta proteína, por ello permite a los
investigadores tener una comprensión más exacta del funcionamiento de
IGF-1.
Según el Dr. Brugts, la determinación del
funcionamiento de IGF-1 utilizando los bioensayos abre la posibilidad
de reunir nuevos conocimientos sobre las funciones de IGF-1 en el
organismo.