Mañana, como cada 31 de mayo, la Organización Mundial de la Salud (OMS)
organiza el Día Mundial sin Tabaco. Su nombre lo dice todo: se trata de
recordar los perjuicios que provoca el tabaco tanto a fumadores como a
no fumadores. A los daños conocidos, como el cáncer de pulmón, las
enfermedades respiratorias, los riesgos cardíacos y el peligro de
ataques cerebrales, deben añadirse otros recientemente descubiertos.
La Universidad de Taiwan reveló que, en los hombres con antecedentes
familiares de alopecia androgénica o calvicie común, el hábito de fumar
aumenta las posibilidades de quedarse calvos. El estudio encontró una
relación directa entre la alopecia moderada y severa y el consumo de 20
o más cigarrillos diarios.
En otro trabajo, investigadores del Centro Monell para el
Estudio de los Sentidos Químicos, de Filadelfia, determinaron que los
bebes cuyas madres fuman cigarrillos antes de amamantarlos duermen poco
y mal. La prueba, que convocó a 15 madres lactantes, reveló que el
tabaquismo altera el patrón del sueño y la vigilia de sus bebes. La
investigación demostró que, más allá de los cambios en el sabor de la
leche, los bebes dedicaron menos tiempo al descanso después de la
ingesta (53,4 minutos) que aquellos cuyas madres no fumaron (84,5
minutos).
A su vez, los hijos de padres fumadores tienen el doble de
posibilidades de tener alergias que los chicos de padres que no lo son,
según concluyeron investigadores del Instituto Karolinska, de
Estocolmo.
Entre los no fumadores, los efectos también son perniciosos. Un estudio publicado en la revista Circulation
demostró que quienes están expuestos regularmente al humo experimentan
entre el 80 y el 90 por ciento de los nocivos efectos del tabaco que
sufren los fumadores.
El tabaquismo pasivo anula las defensas que crea el organismo
contra las enfermedades cardiovasculares: 6 horas de exposición al humo
de segunda mano reducen los niveles del llamado colesterol bueno (HDL).
Esa caída se verifica incluso ocho, dieciséis y veinticuatro horas
después de la exposición. Se dice que el HDL es bueno porque, en
niveles elevados, previene la formación de las placas que obstruyen las
arterias.
Estudios realizados en ratas recién nacidas mostraron que la
exposición durante 21 días a media hora diaria de humo aumenta el
riesgo de ataques cardiovasculares.
En la mayoría de los países en los que rige una ley que
prohíbe fumar en espacios públicos y privados cerrados ha habido un
elevado nivel de acatamiento. En la Argentina, único país que no
ratificó el tratado contra el tabaco de la OMS, ya son cinco las
provincias que tienen leyes que restringen el humo del tabaco: Tucumán,
Neuquén, Córdoba, Mendoza y Santa Fe. Normas de similar tenor se han
aplicado en las ciudades de Buenos Aires y Mar del Plata.
Es de esperar que desde el Estado se ponga el máximo esfuerzo
para extender la política de veda del consumo de tabaco en distintos
ámbitos y espacios, como también que se adopte la firme decisión de
hacer cumplir las normas vigentes y aplicar las sanciones a quienes las
infringen. El Día Mundial sin Tabaco, que se celebra mañana, puede ser
un buen punto de partida para meditar sobre esta afligente cuestión.
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