Lo prueba un estudio realizado en el hospital Garrahan y la Maternidad Sardá. No
cabe duda alguna de que la lactancia es el mejor "seguro" de salud para
los bebes. Sin embargo, aún existen muchas dudas sobre cómo actúa ese
mecanismo de protección natural.
Un estudio pionero para conocer con más precisión los beneficios de la
leche materna se realizó en el hospital Garrahan y la Maternidad Sardá,
y permitió comprobar que la lactancia protege más a las mujeres que a
los varones de todos los virus respiratorios de la infancia. También
mostró que el uso exclusivo de fórmula induce sólo en las mujeres un
alto riesgo de sufrir enfermedades pulmonares graves, como
bronquiolitis o neumonía.
"Además de comprobar que la lactancia es una medida simple que protege
contra todos los virus respiratorios, vimos que no todos los bebes son
iguales: las mujeres que no toman leche materna son todavía mucho más
sensibles que los varones a las enfermedades respiratorias", explicó la
doctora María Inés Klein, médica del Programa de Seguimiento de
Prematuros de Alto Riesgo de la Maternidad Sardá, investigadora de la
Fundación para la Investigación en Infectología Infantil (Infant) y
autora principal del estudio que hoy publica Pediatrics .
Hasta ahora, comentó Klein, existía la idea de que la lactancia
protegía a todos los chicos por igual a través de la transferencia de
defensas. "Si fuera así -dijo-, la protección debería haber sido igual
para todos, lo que no ocurrió."
De hecho, el estudio cuestiona la teoría de que la madre le transfiere
a su hijo las defensas contra las infecciones a través de la leche
materna. "Estamos empezando a comprender que, en cuanto a las
enfermedades respiratorias, los bebes nacen con un mecanismo de
protección contra todos los virus que la lactancia activa, aunque muy
fuertemente en la mujer", opinó el doctor Fernando Polack, investigador
principal del estudio y profesor asistente del Departamento de
Pediatría de la Universidad Johns Hopkins (EE.UU.), que financió el
estudio con fondos otorgados por los Institutos Nacionales de Salud de
ese país.
Según estos nuevos datos, la leche materna ingresa en las bebas y
activa un mecanismo capaz de reducir el riesgo de infección del 50 al
6,5 por ciento.
El equipo reunió a 119 bebes muy prematuros de los programas de
seguimiento del Garrahan y la Sardá de no más de 1,5 kilos al nacer. La
alimentación incluyó leche materna y fórmula, según las recomendaciones
para ese grupo de alto riesgo.
Al finalizar el primer año, apenas el 6,5% de las nenas lactantes había
sufrido una infección respiratoria lo suficientemente grave como para
necesitar hospitalización, a diferencia del 50% de las nenas que sólo
tomaron fórmula. En los varones, la protección de la leche materna y la
fórmula fue del 18,9 y 18,5%, respectivamente. "Esto demuestra que, del
grupo de bebes prematuros y también de bebes nacidos a término, las
bebas que no se alimentan con leche materna son las que tienen el mayor
riesgo pulmonar", señaló Polack, director de Infant.
El principal riesgo para los prematuros son las afecciones
respiratorias, en especial, la bronquiolitis. "El virus sincicial
respiratorio causa el 60% de las hospitalizaciones, de las que el 20%
necesita asistencia respiratoria mecánica", afirmó.
Para prevenirla, se usa un solo fármaco. "Es tan costoso que el Estado
tiene problemas para conseguir recursos para cubrir a toda la población
pediátrica de alto riesgo -agregó-. Por lo tanto, la gran decisión de
salud pública es a quién se le da." Por ahora, no existe un criterio
universal y este estudio aporta una primera opción: las bebas no
lactantes, incluidas las hijas del 30% de las mujeres que la OMS estima
que no pueden amamantar por distintas causas.
Para el doctor Luis Prudent, profesor titular de pediatría de la UBA,
el estudio aporta "un hallazgo muy original". Según el presidente de la
Fundación para la Salud Materno-Infantil, que no participó del estudio,
"esto no pone en duda el valor de la lactancia, sino que obliga a
pensar en mecanismos inmunes diferentes y a considerar a la población
pediátrica según el género y la alimentación".
El doctor Renato Tetelbom Stein, jefe del Laboratorio de
Investigaciones de Enfermedades Respiratorias Pediátricas de la
Pontificia Universidad Católica de Porto Alegre (Brasil), que tampoco
participó en el estudio, opinó que : "Este es quizás el primer
resultado significativo de una línea de investigación muy promisoria".
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