Un equipo de expertos daneses y estadounidenses anunció ayer el descubrimiento de una nueva forma de combatir la malaria, eliminando un gen que ayuda a los parásitos de la enfermedad a reproducirse dentro de los mosquitos transmisores.
El gen, cuya función se desconocía hasta ahora, permite al parásito
desarrollar una estructura parecida a un óvulo llamada oocito y que
engendra nuevos parásitos infecciosos, según publicaron los expertos en
'Proceedings of the National Academy of Sciences'. "Cuando se extrae el
gen, se observa el efecto de la falta genética en el parásito", explicó
dijo Dan Klaerke, fisiólogo de la Universidad de Copenhague y uno de
los científicos miembros del estudio.
El equipo de Klaerke analizó al parásito de la malaria que
infecta a los roedores, similar a las especies que atacan a los
humanos. Los investigadores, entre los que se encontraba Nirbay Kumar,
de la Universidad Johns Hopkins de Estados Unidos, se centraron en el
funcionamiento de los canales de potasio en los parásitos.
Todas las células animales y vegetales contienen estos canales,
que ayudan a transmitir la carga eléctrica que necesitan los nervios,
los músculos y el corazón de los animales. El equipo descubrió dos
nuevos canales en los parásitos y el modo de controlarlos, explicó
Klaerke.
Detener la reproducción de los parásitos es importante porque un
mosquito infectado es incapaz de transmitir la malaria si no puede
reproducirse, añadió el científico danés, quien apuntó que los expertos
están examinando ahora si los fármacos podrían cerrar esos canales de
potasio. "El bloqueo de estos canales podría hacer al parásito más
vulnerable a los medicamentos conocidos", concluyó Klaerke.
Entre 300 y 500 millones de personas se infectan cada año de
malaria o paludismo, sobre todo en África. Alrededor de un millón de
personas, y un niño cada 30 segundos, mueren cada año debido a esta
enfermedad. Los diminutos parásitos viven y se reproducen dentro de los
mosquitos, que los transmiten al picar a los animales o a las personas.
El paludismo es difícil de combatir porque su complejo ciclo de vida
permite al parásito evadir los fármacos y las vacunas. Además, se ha
vuelto resistente a algunos medicamentos y la efectividad de la vacuna
ha disminuido. Uno de sus tratamientos efectivos es Coartem, de
Novartis AG, considerado actualmente como el estándar de atención de la
malaria.
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