La clave está en las mejillas. Cuando éstas
pierden tensión, la cara se llena de pliegues y arrugas, y pierde
expresión... Para recuperar en gran medida el aspecto juvenil bastaría,
según un nuevo estudio, con rellenar un compartimento de grasa profundo
situado bajo los mofletes. El concepto de belleza varía de una civilización a otra y tiene
diferentes matices en unos y otros países, aunque la globalización, los
medios de comunicación y el cine han contribuido a extender un ideal a
buena parte del globo. Brad Pitt o George Clooney son guapos
universales igual que Scarlett Johansson o Jessica Alba.
La cuestión filosófica de si la belleza está o no en el ojo del que
mira ha pasado a un segundo plano desde que la cirugía plástica ofrece
la posibilidad de modelar e incluso cambiar radicalmente el cuerpo y la
cara con los que nacimos. No sólo eso, las intervenciones de estética
también pueden rejuvenecer.
Pero por muchos liftings, blefaroplastias, colágenos y bótox por los
que pase un rostro, es complicado lograr que recupere el tono y el
aspecto juvenil. El secreto está en las mejillas, una
operación cada vez más demandada. Sólo en Estados Unidos, en 2007 se
realizaron 8.000 implantes en esta región facial, además de 47.000
inyecciones de grasa y 1,1 millones con ácido hialurónico.
Un equipo de cirujanos ha descubierto que todas estas intervenciones
podrían haberse hecho mucho mejor de haber sabido de la existencia de
un compartimento de grasa profundo en las mejillas. Hasta ahora sólo se
conocía el superficial, dónde se aplicaban todas estas técnicas para
recuperar volumen.
"Desde la irresistible urgencia de pellizcar las mejillas de un niño
hasta nuestra admiración por estrellas de Hollywood como Audrey Hepburn
y Angelina Jolie sabemos que las mejillas son vitales para lo que
consideramos belleza", ha explicado Joel Pessa, cirujano miembro de la
Sociedad de Cirugía Plástica de Estados Unidos y coautor del estudio.
El cambio de concepto es sencillo pero promete revolucionar este
tipo de operaciones. "Añadir volumen en lugar de estirar la piel [para
acabar con las arrugas] no es nada revolucionario en la cirugía
estética", añade Pessa. "Pero la idea de restaurar el volumen en la grasa profunda, que afectará a muchas áreas de la cara, es un gran avance en nuestra forma de tratar el envejecimiento facial".
Pessa y sus colegas, que presentan su trabajo en el último número de la revista 'Plastic and Reconstructive Surgery',
trabajaron con 14 cadáveres a los que diseccionaron y aplicaron una
tinción para identificar diferentes compartimentos de grasa en la cara.
Después de localizar la grasa profunda de la mejilla, los cirujanos
decidieron rellenarlo.
Aumentar este compartimento "recrea una mejilla joven"
al disminuir los plieges nasolabiales (las dos grandes arrugas que
parte de las aletas de la nariz hacia los extremos de la comisura
labial), borrar las bolsas de los ojos, restaurar la proyección hacia
delante de la mejilla y mejorar el aspecto de la región malar
(pómulos), según apunta el estudio.
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