Acabar con la adicción: hacia una economía de bajo consumo de carbono |
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Aporte para DiarioSalud.net del Dr. Antonio L. Turnes (Fuente: www.undp.org.uy)
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Monday, 09 de June de 2008 |
MENSAJE DEL SECRETARIO GENERAL DE LAS NACIONES UNIDAS, EN EL DÍA MUNDIAL DEL MEDIO AMBIENTE 2008.
La adicción es algo terrible. Nos consume y nos controla, nos hace
negar verdades importantes y no nos permite ver las consecuencias de
nuestros actos. Nuestro mundo es víctima hoy de una grave adicción al
carbono.
El progreso industrial del mundo desarrollado fue impulsado por el
carbón y el petróleo. Los países que se encuentran en un rápido proceso
de desarrollo han optado por la misma fuerza impulsora en su afán por
conseguir iguales niveles de vida. Al mismo tiempo, en los países menos
adelantados los pobres no tienen más opción que recurrir a fuentes de
energía aun menos sostenibles, como el carbón vegetal.
La dependencia de la energía basada en el carbono ha producido una
acumulación considerable de gases de efecto invernadero en la
atmósfera. El año pasado, el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre
el Cambio Climático, que fue galardonado con el Premio Nobel, desmintió
para siempre a los escépticos que negaban el calentamiento de la
atmósfera. Sabemos que el cambio climático es una realidad y sabemos
que lo causan las emisiones de dióxido de carbono y otros gases de
efecto invernadero.
El uso de combustibles fósiles no es la única fuente de carbono. En los
trópicos se están talando valiosos bosques para la producción de madera
y papel, para crear tierras de pastoreo y terrenos cultivables y, cada
vez más, para dar lugar a plantaciones a fin de atender a la demanda
creciente de biocombustibles. Esta nueva manifestación de nuestra
adicción al carbono no sólo libera gran cantidad de CO2, sino que
también destruye un recurso valioso para la absorción del carbono de la
atmósfera, lo que incrementa la contribución al cambio climático.
Las consecuencias ambientales, económicas y políticas del calentamiento
de la atmósfera son profundas. Los ecosistemas, de las montañas a los
océanos, de los polos a los trópicos, están cambiando rápidamente. Las
ciudades de las zonas bajas se ven afectadas por inundaciones, el
terreno fértil se convierte en desierto y el clima resulta cada vez más
impredecible.
Todos pagaremos el precio. Los pobres serán los más afectados por los
desastres producidos por los fenómenos atmosféricos y por la enorme
inflación de los precios de los alimentos básicos, pero incluso las
naciones más ricas se enfrentan a la perspectiva de una recesión
económica y a un mundo en conflicto en que se lucha por poseer los
recursos en disminución. La mitigación del cambio climático, la
erradicación de la pobreza y la promoción de la estabilidad económica y
política exigen una sola solución: acabar con la adicción al carbono.
Este es el tema del Día Mundial del Medio Ambiente 2008. El lema
“Acabar con la adicción: hacia una economía de bajo consumo de carbono”
reconoce cuán dañina es nuestra adicción y nos muestra el camino que
debemos seguir.
Frecuentemente se necesita una crisis para que aceptemos la realidad.
Ante la crisis del clima, las empresas y los gobiernos están empezando
a comprender que abordar el calentamiento de la atmósfera, en lugar de
ser prohibitivo, de hecho puede reducir los gastos y activar la
economía. Si bien el costo del cambio climático es incalculable, el
precio de combatirlo puede ser inferior a lo que muchos hemos
imaginado. Según algunas estimaciones, es inferior al 1% del producto
interno bruto mundial: un precio verdaderamente bajo para una guerra de
nivel mundial.
Otra noticia aun mejor es que ya existen o se están desarrollando las
tecnologías para lograr que nuestro consumo de combustibles basados en
el carbono resulte menos contaminante y más eficiente, y para
aprovechar la energía renovable del sol, el viento y las olas. El
sector privado, en particular, está compitiendo para sacar provecho de
lo que ha comprendido que es una enorme oportunidad comercial.
En todo el mundo, las naciones, las ciudades, las organizaciones y las
empresas han vuelto a mirar con interés las opciones no contaminantes.
En las Naciones Unidas, he pedido que el plan de renovación de nuestra
Sede de Nueva York se ciña a las directrices ambientales más estrictas.
También he pedido a los jefes ejecutivos de todos los programas, fondos
y organismos especializados de las Naciones Unidas que avancen
rápidamente hacia la neutralidad en el uso del carbono. A comienzos del
año, el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente lanzó la
Red de Clima Neutro (CN Net) para impulsar esta tendencia. Los miembros
fundadores, que son países, ciudades y empresas, son los pioneros de un
movimiento que, a mi juicio, contribuirá cada vez más a definir en las
próximas décadas el discurso ambiental, económico y político y la
adopción de decisiones en esas esferas.
El mensaje del Día Mundial del Medio Ambiente 2008 es que todos somos
parte de la solución. A nivel de individuos, organizaciones, empresas o
gobiernos, se puede hacer mucho para reducir la huella de carbono. Este
es un mensaje que todos debemos hacer nuestro.
Ban Ki-moon
Secretario General de las Naciones Unidas
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