Las farmacias de las comunidad mapuche, el grupo indígena más importante de Chile, ofrecen remedios naturales para mitigar el sufrimiento de pacientes con sida o cáncer, así como un tipo de "sildenafil" para estimular el apetito sexual, que en este caso es válido para hombres y mujeres.
La cadena "Makelawen" -que en mapudungún significa remedio de las machis o chamanas- abrió su primer establecimiento en Santiago en 2003 y ahora tiene cuatro farmacias en la capital, una en Valparaíso y otra en Concepción.
Esta iniciativa se basa en la filosofía del hospital Maquehue, un recinto "intercultural" cercano a Temuco, en la sureña región de La Araucanía, donde los médicos y las machis combinan la medicina tradicional y la indígena, según explicó a EFE la farmacéutica Cecilia Ramírez.
A la botica de Cecilia acuden personas de todas las edades, en su mayoría no indígenas, que buscan alguno de los 47 remedios naturales presentados en gotas y que sirven especialmente para las patologías del sistema nervioso, como estrés, insomnio o depresión.
Uno de los productos estrella es el Palwen, o "viagra mapuche", para remediar la disfunción eréctil y aumentar el apetito sexual tanto en los hombres como en las mujeres, a diferencia del Viagra tradicional, sólo para los varones y que está contraindicado para los enfermos cardiovasculares.
Para los pacientes con cáncer, las farmacias mapuches disponen de Kintral, un remedio que estimula el sistema inmunológico y encapsula las células anormales en el organismo para impedir que la enfermedad se extienda, con lo que aplaca el dolor y mejora la calidad de vida, asegura Ramírez.
En el caso del sida, el Kintral contribuye a fortalecer el organismo ante las enfermedades que se presentan cuando las defensas están bajas, y que suelen ser la causa de muerte de estos pacientes, a los que además se recomienda tomar Miaya, si están muy nerviosos, o Pila Pila, si padecen depresión.
Makelawen es la principal cadena de farmacias mapuches de Chile, pero hay más. Algunas a veces importan medicinas del extranjero o etiquetan como medicamentos productos que no lo son, advierte la doctora Helia Molina, doctora del Ministerio de Salud.
Los locales de Makelawen, registrados en el Ministerio de Salud como "farmacias homeopáticas", están autorizados a elaborar sus propios remedios, que deben ajustarse a la farmacopea internacional o estar prescritos por profesionales autorizados, según explicó a EFE el químico farmacéutico Juan Arellano.
Como farmacias homeopáticas, en Makelawen no pueden vender medicamentos alopáticos o químicos, sino sólo remedios elaborados a base de plantas medicinales que sí están registradas en el Instituto de Salud Pública, del Ministerio de Salud, pero sobre las que no existe una regulación específica.
Así lo advierte la vicepresidenta del Colegio de Químicos-Farmacéuticos de Chile, Soledad Vásquez, quien expresó a EFE su "preocupación" por la falta de regulación de la medicina tradicional, a la que recurre el 71 por ciento de los chilenos, puesto que "ningún producto natural es inocuo de por sí", afirmó.
El Instituto de Salud Pública ha elaborado una propuesta de "buenas prácticas de elaboración en farmacias homeopáticas" que aún no ha sido aprobada, y el Ministerio de Salud ha catalogado las 108 plantas más utilizadas para que las etiquetas especifiquen las propiedades de sus componentes.
De esta manera, las autoridades pretenden incorporar a la sanidad pública los conocimientos de los indígenas sobre las plantas medicinales, de cuya efectividad no se tiene "ninguna duda", según el farmacéutico Arellano.
Tanto el Ministerio de Salud como el Colegio de Químicos Farmacéutico
La cadena "Makelawen" -que en mapudungún significa remedio de las machis o chamanas- abrió su primer establecimiento en Santiago en 2003 y ahora tiene cuatro farmacias en la capital, una en Valparaíso y otra en Concepción.
Esta iniciativa se basa en la filosofía del hospital Maquehue, un recinto "intercultural" cercano a Temuco, en la sureña región de La Araucanía, donde los médicos y las machis combinan la medicina tradicional y la indígena, según explicó a EFE la farmacéutica Cecilia Ramírez.
A la botica de Cecilia acuden personas de todas las edades, en su mayoría no indígenas, que buscan alguno de los 47 remedios naturales presentados en gotas y que sirven especialmente para las patologías del sistema nervioso, como estrés, insomnio o depresión.
Uno de los productos estrella es el Palwen, o "viagra mapuche", para remediar la disfunción eréctil y aumentar el apetito sexual tanto en los hombres como en las mujeres, a diferencia del Viagra tradicional, sólo para los varones y que está contraindicado para los enfermos cardiovasculares.
Para los pacientes con cáncer, las farmacias mapuches disponen de Kintral, un remedio que estimula el sistema inmunológico y encapsula las células anormales en el organismo para impedir que la enfermedad se extienda, con lo que aplaca el dolor y mejora la calidad de vida, asegura Ramírez.
En el caso del sida, el Kintral contribuye a fortalecer el organismo ante las enfermedades que se presentan cuando las defensas están bajas, y que suelen ser la causa de muerte de estos pacientes, a los que además se recomienda tomar Miaya, si están muy nerviosos, o Pila Pila, si padecen depresión.
Makelawen es la principal cadena de farmacias mapuches de Chile, pero hay más. Algunas a veces importan medicinas del extranjero o etiquetan como medicamentos productos que no lo son, advierte la doctora Helia Molina, doctora del Ministerio de Salud.
Los locales de Makelawen, registrados en el Ministerio de Salud como "farmacias homeopáticas", están autorizados a elaborar sus propios remedios, que deben ajustarse a la farmacopea internacional o estar prescritos por profesionales autorizados, según explicó a EFE el químico farmacéutico Juan Arellano.
Como farmacias homeopáticas, en Makelawen no pueden vender medicamentos alopáticos o químicos, sino sólo remedios elaborados a base de plantas medicinales que sí están registradas en el Instituto de Salud Pública, del Ministerio de Salud, pero sobre las que no existe una regulación específica.
Así lo advierte la vicepresidenta del Colegio de Químicos-Farmacéuticos de Chile, Soledad Vásquez, quien expresó a EFE su "preocupación" por la falta de regulación de la medicina tradicional, a la que recurre el 71 por ciento de los chilenos, puesto que "ningún producto natural es inocuo de por sí", afirmó.
El Instituto de Salud Pública ha elaborado una propuesta de "buenas prácticas de elaboración en farmacias homeopáticas" que aún no ha sido aprobada, y el Ministerio de Salud ha catalogado las 108 plantas más utilizadas para que las etiquetas especifiquen las propiedades de sus componentes.
De esta manera, las autoridades pretenden incorporar a la sanidad pública los conocimientos de los indígenas sobre las plantas medicinales, de cuya efectividad no se tiene "ninguna duda", según el farmacéutico Arellano.
Tanto el Ministerio de Salud como el Colegio de Químicos Farmacéuticos mantienen una "buena relación" con los farmacéuticos mapuches.
Pero, advierte Juan Arellano, "falta integrar estos conocimientos en una ley que fije una política integral en la materia", especialmente necesaria en un país donde la mayoría toma ejemplo de las prácticas ancestrales empleadas por los pueblos originarios.
s mantienen una "buena relación" con los farmacéuticos mapuches.
Pero, advierte Juan Arellano, "falta integrar estos conocimientos en una ley que fije una política integral en la materia", especialmente necesaria en un país donde la mayoría toma ejemplo de las prácticas ancestrales empleadas por los pueblos originarios.
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