En los últimos cuatro años, la infección con el virus del sida (VIH) en
la Argentina cambió de género entre los adolescentes, que además lo
contraen por contagio sexual a edad cada vez más temprana.
A partir de 2004, la epidemia avanzó más entre las mujeres que
entre los varones de 13 a 19 años: por cada 80 chicos infectados hay
100 chicas, señala el último informe del Ministerio de Salud de la
Nación.
En la actualidad, según las estimaciones oficiales, tres de cada 2000 adolescentes argentinos contraen el virus.
“No se trata sólo de tener disponibilidad de preservativos, sino
también de brindarles a las mujeres jóvenes un servicio de salud sexual
y reproductiva adecuado, y mejorar el nivel de educación general de las
más chiquitas. Una niña que no completa la primaria seguramente estará
desvalida ante la epidemia”, dijo ayer a La Nacion por vía telefónica
desde Nueva York la doctora Mabel Bianco, epidemióloga y presidenta de
la Fundación para el Estudio y la Investigación de la Mujer (FEIM).
Junto con otras organizaciones no gubernamentales, FEIM
integra la delegación argentina que hasta hoy participa en las sesiones
extraordinarias de la Asamblea General de las Naciones Unidas sobre el
VIH/sida en esa ciudad estadounidense, donde se presentaron varios
informes elaborados a partir del Boletín 2007 sobre la epidemia en la
Argentina. "Las mujeres jóvenes están en riesgo de contraer el VIH,
pero evidentemente éste es un tema del que casi no se habla", agregó la
doctora Bianco.
Aunque los varones son los que más desarrollan el síndrome de
inmunodeficiencia adquirida (sida), el crecimiento de la infección
entre las mujeres confirma la tendencia a la transmisión heterosexual
de la epidemia y a su feminización.
En ese momento, de cada cien personas viviendo con VIH/sida
diez eran mujeres. Hoy, de cada cien personas, 40 son mujeres. En la
franja que va de los 13 a los 19 años es donde más se invierte el peso
de la infección.
Aunque ya en el grupo de 15 a 24 años por cada cien varones
hay 90 mujeres con el virus del sida, en el grupo anterior por cada
cien mujeres infectadas hay 80 varones. En total, en la Argentina hay
8074 casos de adolescentes y jóvenes de 13 a 24 años viviendo con
VIH/sida. Esto, según Unicef, representa el 12,8% de todos los casos
notificados en el país.
"El sistema público de salud no tiene estrategias específicas
para reducir la prevalencia del virus en los/las jóvenes", señala el
informe elaborado por 15 organizaciones civiles de todo el país,
incluida FEIM, y presentado en la ronda de sesiones especiales de las
Naciones Unidas conocida como Ungass.
Por su parte, Gerardo Mitre, presidente de la Fundación
Asistencial Materno-Infantil de Ayuda a Niños Carenciados y
Discapacitados (Fundamind), reclamó ayer ante los 1700 asistentes de
todo el mundo en la Ungass que "los grupos con vulnerabilidad
aumentada, entre los que están los niños y los jóvenes, y las personas
viviendo con VIH/sida, sean claramente visibles para poder ofrecerles
la atención que ellos necesitan".
Nuestro país cuenta con dos normas nacionales clave para
frenar este avance de la infección, que son la ley de creación del
Programa Nacional de Educación Sexual Integral y la ley de salud sexual
y procreación responsable. Sin embargo, las organizaciones no
gubernamentales cuestionan en general que las campañas de prevención y
educación para la salud no son suficientes, periódicas y de largo
alcance.
"La ley de salud sexual y reproductiva está perfecta; el
problema es de interpretación de los servicios de salud, ya sea en el
nivel de jefes de los programas provinciales [de lucha contra el sida]
o los profesionales de la salud en los hospitales. También hace falta
que los ministerios de Salud de todo el país sean más proactivos y que
ellos mismos cumplan y hagan cumplir la ley", sostuvo Bianco.
La principal barrera informal que una adolescente puede
encontrar cuando se acerca a un hospital en busca de información, según
las organizaciones no gubernamentales que relevan la aplicación de
ambas normas, es la exigencia de concurrir con un adulto y la falta de
tiempo y medios suficientes para atenderla. Lo mismo ocurre con los
varones. "Los servicios hospitalarios en general no realizan acciones
de prevención y promoción", agrega el informe.
Para Bianco, la mejor prevención es el uso del preservativo,
incluso después de consumir alcohol o drogas, que es cuando disminuye
el nivel de alerta. "Las chicas se inician sexualmente cada vez a menor
edad, por lo que el riesgo de infección también es cada vez más precoz.
Y deben tomar conciencia de que el sexo oral es tan peligroso como el
vaginal o el anal", dijo.
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