De los más de 1.300 millones de personas que fuman tabaco en todo el mundo, el hábito podría llegar a ser la causa de muerte de unos 650 millones, advirtieron expertos de la Organización de las Naciones Unidas (ONU).
"A diferencia de otras causas de muerte, el
tabaco mata a las personas en sus años más
productivos", indicó el Grupo de Trabajo
Interinstitucional Ad Hoc para el Control del
Tabaco, en un estudio de 19 páginas.
Los 20 miembros del Grupo representan a casi
todas las grandes agencias de la ONU, entre ellas
el Fondo para la Infancia (Unicef), el Programa
para el Desarrollo (PNUD), la Organización
Mundial de la Salud (OMS), el Programa para el
Medio Ambiente (Pnuma) y la Organización Internacional del Trabajo (OIT).
Además, participan otras instituciones
multilaterales fuera del sistema de las Naciones Unidas, como el Banco Mundial.
Sólo en 2005 murieron unas 5,4 millones de
personas por fumar, según un estudio citado en el
informe del grupo que será presentado en las
próximas sesiones del Consejo Económico y Social
(Ecosoc), a realizarse del 30 de este mes al 25 de julio.
Los expertos calcularon que esa cifra podría
elevarse a 8,3 millones en 2030, y que más de 80
por ciento de las muertes ocurrirán en las naciones en desarrollo.
Las enfermedades causadas por el tabaco
aumentarán su presencia en el total de 2,6 por
ciento en 1990 a casi 10 por ciento en 2015,
"matarán a más personas que cualquier otro mal, y
serán responsables de 50 por ciento más de
muertes que las causadas por el VIH/Sida".
Ecosoc reconoce que el tabaco no sólo tiene
consecuencias negativas para la salud y el
ambiente, sino que también socava los esfuerzos
de la ONU para reducir la pobreza, señala el informe.
El tabaco también está vinculado con una
variedad de enfermedades, entre ellas varios
tipos de cáncer (de pulmón, traquea, bronquios,
boca, estómago y esófago), algunas
cardiovasculares (isquemias y cerebrovasculares), respiratorias y digestivas.
La prevalencia de jóvenes de entre 13 y 15
años expuestos al humo del tabaco puede superar
80 por ciento en Europa, más de 60 por ciento en
el continente americano y alrededor de 50 por
ciento en África, Asia meridional, sudoriental y
Asia Pacífico, según una encuesta citada en el informe.
La Organización de las Naciones Unidas para
la Agricultura y la Alimentación (FAO) estima que
la producción de tabaco cae en las naciones
industrializadas, pero aumenta en los países en desarrollo.
En la década del 70, las naciones en
desarrollo eran responsables de poco menos de 60
por ciento de la producción mundial de tabaco. La
producción puede representar 80 por ciento en 2010.
"Esas cifras dan cuenta del bajo costo de la
producción y del marcado aumento de la demanda en
las naciones en desarrollo", explica.
Los beneficios de las zonas libres de humo de
tabaco llevaron a muchos gobiernos a promulgar
leyes que crean esos espacios. Entre ellos,
Bhután, Estonia, Francia, Irán, Irlanda, Italia,
Malta, Nueva Zelanda, Noruega, Suecia, Uganda y Uruguay.
Una encuesta del foro mundial sobre
prohibiciones de fumar mostró "resultados
alentadores", entre ellas que "la mayoría de las
instalaciones de la ONU eran zonas libres de humo".
Casi todas las agencias de la ONU operan en
esos ambientes, pero todavía resta imponer la
prohibición total de fumar en los 39 pisos de su sede de Nueva York.
En julio de 2006, el Ecosoc recomendó a la
Asamblea General considerar en su 61 periodo de
sesiones, de 2007, la "prohibición total de fumar
en todos los locales de la ONU, tanto en la sede
como en las oficinas regionales y nacionales".
La resolución también instó a implementar una
"prohibición total de venta de tabaco en todos los locales de la ONU".
Pero el plenario no tomó ninguna decisión al
respecto. El informe reiteró la solicitud para el
63 periodo de sesiones de la Asamblea General,
que se realizará en septiembre de este año.
Al prohibir fumar en sus locales, la ONU
protegerá la salud de trabajadores, diplomáticos
y visitantes, pero también mostrará que el foro
mundial reconoce los peligros de fumar tabaco,
según Kathy Mulvey, de la organización de
análisis de políticas empresariales Corporate Accountability International.
Sin embargo, la ONU tiene entre manos un
instrumento de mayor poder: un convenio global
que se conoce formalmente como Convención Marco
de la OMS para el Control del Tabaco, uno de los
tratados con mayor adhesión en la historia del foro mundial.
"Alrededor de 80 por ciento de la población
mundial en más de 150 países está protegida por
normas vinculantes que prohíben la publicidad, la
promoción, el patrocinio y la obligación de
desvincular políticas de salud pública de la
interferencia de la industria del tabaco", dijo Mulvey a IPS.
Todas las agencias del foro mundial pueden
hacer más para respaldar a la OMS en la
implementación de ese innovador tratado, añadió.
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