La salud prostática es sometida a revisión durante el LXXIII Congreso Nacional de la Asociación Española de Urología, que se celebra en Barcelona.
Los urólogos recomiendan revisar el estado de la próstata en los
varones a partir de los 50 años de edad, y en los casos en los que
existen antecedentes familiares a partir de los 45. El progresivo
envejecimiento de la población española motivará que en los próximos
años aumente la incidencia del tumor prostático, que es el cáncer más
frecuente en el varón a partir de esta edad.
En España, cada año fallecen 5.800 personas por esta enfermedad,
que ya es la tercera causa de muerte por un tumor en los hombres, tras
el cáncer de pulmón y estómago. "Los datos de incidencia y mortalidad
ponen claramente de relieve la importancia de lograr un diagnóstico
precoz. Eso nos permitirá aplicar un tratamiento eficaz con intención
curativa. De ahí la necesidad de recordar a la población masculina la
importancia de someterse a una revisión urológica a partir de los 50
años de edad", asegura el Dr. Humberto Villavicencio, presidente del
LXXIII Congreso Nacional de la Asociación Española de Urología (AEU),
que se celebra hoy 16 de junio en Barcelona.
Pero la edad no es el único factor de riesgo. La obesidad también
puede elevar las probabilidades de sufrir este problema de salud. Los
urólogos ya han alertado del peligro que supone alejarse de la dieta
mediterránea e incrementar el consumo de carnes rojas y de grasas
saturadas. "Los estudios demuestran que los orientales tienen un riesgo
menor gracias a su dieta baja en grasas pero también se ha visto que
cuando emigran a Occidente igualan su riesgo de cáncer prostático al de
las personas del país de acogida", explicó el Dr. Alfredo Rodríguez
Antolín, responsable de la Unidad de Patología Prostática del Hospital
Doce de Octubre de Madrid.
El diagnóstico precoz es clave porque permite el uso de un
tratamiento con intención curativa que puede garantizar la
supervivencia en un 80% de los casos. De ahí que las campañas de
educación sanitarias insistan a la población masculina sobre la
necesidad de que, a partir de los 50 años, acudan a una revisión
periódica de la salud de su próstata. Sin embargo, una detección
temprana es un reto porque no hay síntomas que alerten de forma clara
de la existencia del tumor. En torno al 90% de los pacientes a los que
se les diagnostica esta enfermedad no presentan molestias. "El
diagnóstico precoz se produce en un chequeo rutinario o cuando el
paciente acude a la consulta por molestias de cualquier otra índole
como pueden ser las de tipo miccional", aclara el Dr. Rodríguez Antolín.
Para el diagnóstico, los urólogos confían en el valor clínico de
la determinación del antígeno prostático (PSA) y el tacto rectal.
Actualmente la detección en fases iniciales de la enfermedad se
consigue en el 75% casos. La mayoría de las veces el afectado tiene más
de 60 años y en menos del 1% de los casos afecta a varones menores de
50 años. La edad media de fallecimiento por esta enfermedad se sitúa en
torno a lo 75 años. No obstante, el cáncer de próstata se caracteriza
por un desarrollo de evolución lenta, lo que conlleva que un buen
número de pacientes puedan convivir con el tumor durante mucho tiempo
hasta el punto de morir por otra causa y no por ella. Sólo fallecen
entre el 10-15% de los pacientes que presentan este cuadro clínico.
El Congreso de Barcelona también ha revisado los últimos avances
terapéuticos frente a este tumor. Cuando la enfermedad está localizada,
los médicos cuentan con dos opciones terapéuticas: la radioterapia y la
cirugía (prostatectomía radical). La intervención quirúrgica permite
extraer la glándula prostática y analizarla para determinar con
exactitud en qué etapa de crecimiento se encuentra el tumor. En el caso
de la radioterapia se puede administrar por vía externa (convencional)
o implantando unas semillas radioactivas dentro de la próstata
(braquiterapia). También existen otras opciones como la crioterapia y
la HIFU (ultransonografía). "El tratamiento de estos tumores
localizados dependerá siempre de la edad del paciente y la agresividad
del propio tumor", puntualiza este experto.
En cuanto al tratamiento hormonal, está sólo indicado en aquellos
casos en los que el tumor se encuentra ya diseminado (metástasis) o
recidivante tras terapia radical, habiendo demostrado utilidad también
como adyuvante a radioterapia en pacientes de alto riesgo. "En la
actualidad, existen fármacos de cómoda administración y bien tolerados
que bloquean de manera eficaz la producción de hormonas masculinas que
son las que estimulan el crecimiento del tumor", concluye el citado
especialista.
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