Estudio presentado en la Reunión Anual de la Sociedad Estadounidense de Endocrinología.
Un grupo de voluntarios con exceso de peso que hizo ejercicio aeróbico durante tres meses logró disminuir el nivel de grasa corporal, la cantidad de calorías ingeridas por día de la ingesta de calorías y el apetito, según demuestra un estudio realizado en Chile.
Los resultados de la investigación fueron presentados ayer durante la 90a. Reunión Anual de la Sociedad Estadounidense de Endocrinología, en San Francisco, Estados Unidos. El estudio, dirigido por la doctora Verónica Araya, del Hospital de Clínicas de la Universidad de Chile, en Santiago, demostró que la disminución de la cantidad de calorías consumidas por día y del índice de masa corporal (IMC) está relacionada con el aumento de los niveles de una proteína llamada factor cerebral neurotrófico derivado (BDNF, por su sigla en inglés).
La función principal de esa proteína es la promoción del crecimiento y la supervivencia de las células nerviosas, explicó Araya. Pero los últimos datos obtenidos en la investigación demuestran también que la BDNF está relacionada con la obesidad y el metabolismo, y que, como sospecharon los autores, podía suprimir el apetito.
El equipo midió en 15 adultos los niveles en sangre de la proteína antes y después de un programa de ejercicio aeróbico de tres meses. Los participantes eran 7 hombres y 8 mujeres, de entre 26 y 51 años, con exceso de peso u obesidad. Los participantes hicieron ejercicio sobre una cinta de caminar y en biciletas fijas. Al comienzo del estudio, todos respondieron cuestionarios sobre el consumo diario de calorías y el equipo les indicó que siguieran con su alimentación habitual. Los participantes desconocían, según comentó Araya, que uno de los objetivos del estudio era evaluar modificaciones en la cantidad de comida consumida.
Al finalizar el estudio, los investigadores observaron que los participantes tenían un IMC menor que al inicio del estudio, además de una reducción de la circunferencia de la cintura y de los niveles promedio de la presión sanguínea.
Los participantes también mencionaron que ingerían menos calorías que al comenzar el estudio. Durante los tres meses que duró el programa de ejercicio, se observó un aumento significativo de los niveles de la proteína BDNF. Según Araya, cuanto más alta era esa concentración, mayor era la reducción del nivel de calorías consumido y la pérdida de peso. Así, el equipo concluyó que el aumento de la BDNF suprime el apetito.