Construir sin destruir. Con esa idea en mente y tomando como base la técnica seguida en las liposucciones, médicos del Hospital Clínic de Barcelona han logrado reconstruir una mama, dañada después de padecer un cáncer, a través de injertos de grasa o, en términos científicos, mediante injertos de tejido adiposo autólogo.
Una de cada nueve mujeres occidentales sufrirá cáncer de mamá a lo largo de su vida. Una cifra preocupante, sobre todo si se tiene en cuenta que se viene registrando un aumento sostenido desde hace unos años que se traduce cada año en un total de un millón de enfermas en el mundo. Estos datos justifican la importancia de la operación realizada por el Clínic que podría beneficiar a muchas mujeres. Se trata de una cirugía ambulatoria, mínimamente invasiva, que no precisa de grandes incisiones ni para obtener el tejido ni para insertarlo y que minimiza los efectos propios de una intervención, al tratarse de injertos de la grasa del propio paciente y no de material extraño. "Grasa por grasa", simplificaba el Jefe del servicio de Cirugía Plástica del Hospital Clínic y artífice de esta operación pionera en España, el doctor Joan Fontdevila. La extracción de la grasa se hace mediante jeringuillas que absorben a baja presión para evitar que el tejido se rompa y muera. Una vez obtenida, la grasa es tratada en el quirófano en unas máquinas centrífugas con la finalidad de purificarla. Así, se obtienen los adipocitos –grasa purificada– separados de los hematíes, el plasma y el líquido tumescente, que se desechan. Al aplicar la grasa en la mama, es importante tener en cuenta que debe hacerse con cánulas muy finas y no traumáticas, de forma que quede entramado y el cuerpo lo vascularice. Además, a las células de grasa se suman las células madre, que ayudan al volumen y la regeneración. "Las células madre del tejido adiposo potencian los resultados del injerto. Se necesita menos volumen y hay un mayor rendimiento en el procedimiento", explicaba Fontdevila. Uno de los principales escollos en la propagación de esta técnica incipiente es erradicar el estigma que existe desde hace tiempo entre el mundo médico de que la grasa se reabsorbe, lo que implicaría que el injerto podría tener un periodo de vida limitado. El doctor Joan Fontdevila, ha defendido que "los injertos de grasa no se reabsorben si se hacen de una forma concreta". Esto es, según ha explicado, "inyectando la grasa con cánulas finas atraumáticas y en gotitas". De tres a nueves meses después de la mastectomíaEl médico catalán ha abundado en que estamos ante un "procedimiento seguro y efectivo", aunque pide cautela porque tan sólo se han realizado 20 intervenciones mediante esta técnica. Además, no todas las mujeres son candidatas a ser intervendidas mediante este procedimiento, si bien puede ser aplicado a un 80% de las pacientes y se erige como la única solución para aquellas que les hayan cercenado ambas mamas y que no pueden recibir implantes como consecuencia de una piel de baja calidad. Además, el injerto no puede realizarse en el preciso momento de la amputación de la mama porque queda un "espacio virtual" y la grasa puede verterse, hacer como una bolsa y no integrarse en el tejido. Hay que esperar entre tres y nueve meses. Con todo, las ventajas son múltiples. La técnica aplicada por los médicos del Clínic reduce el tiempo de cirugía –la operación no se prolonga más de dos horas– y además, reduce el gasto sanitario. Es más económico, así que «hay mucha lista de espera y el coste sanitario (con las otras técnicas) es elevado», defiende Fontdevila. Hasta la fecha las dos vías posibles pasaban por usar el tejido de la propia paciente –destruir para construir–, de forma que las cicatrices son considerables, o la prótesis mamaria que, si bien elude las cicatrices, puede generar mayores complicaciones y no es aplicable a las pacientes cuya piel ha perdido calidad como consecuencia de la radioterapia. Salvando las distancias y evitando "frivolizar" como ha pedido insistentemente Fontdevila, la técnica guarda parecido con la utilizada para en las liposucciones. Se trata de extraer grasa de una zona sobrante –muslos, michelín, barriga, etc.–. El cirujano matiza que siempre ha habido una estrecha relación entre la cirugía plástica y las técnicas aplicadas al resto de cirugía y que no descarta que en un futuro esta técnica guíe muchas de las operaciones de cirugía estética. Pasos de la técnica desde la mastectomía hasta la reconstrucción. (Imágenes: H. Clínic) Comentarios reservados a usuarios registrados. Por favor ingrese al sistema o regístrese. Powered by AkoComment! |