Wilma Chambí, doctora boliviana, lleva seis
años trabajando con MSF en Bolivia, en la siguiente entrevista nos
habla de su experiencia en los programas de lucha contra el Chagas.
El Chagas es una de las enfermedades más olvidadas del mundo.
Actualmente, se calcula que afecta a 18 millones de personas en América
Latina, y Bolivia es el país con mayor prevalencia mundial. Esta
enfermedad parasitaria golpea especialmente a la población más pobre
del continente: la vinchuca, el insecto que transmite el Chagas, vive
en las grietas de las viviendas de paja y adobe, frecuentes en la zonas
rurales y barrios pobres de las ciudades.
¿Qué proyectos lleva a cabo MSF en Bolivia?
Después de trabajar en Tarija y Sucre, donde se daba tratamiento contra
el Chagas a niños y adolescentes, ahora estamos trabajando en un nuevo
proyecto en la ciudad de Cochabamba donde por primera vez también se
trata a adultos. Además, se intenta integrar el diagnóstico y el
tratamiento dentro de los puestos de salud para que en el futuro se
trate esta patología como cualquier otra.
El tratamiento que existe actualmente es efectivo en menores de 12
años. En adultos, la medicación presenta más efectos secundarios y no
es tan efectiva, sin embargo hay estudios que demuestran que puede
mejorar la evolución clínica del paciente.
En Cochabamba tratáis a todos los grupos de edad, pero ya en Sucre se trataba hasta los 18 años. ¿Cómo es el tratamiento?
En los programas que ha llevado a cabo MSF hemos comprobado que es
posible dar el tratamiento de forma ambulatoria desde los centros de
salud pero es necesario hacer un buen seguimiento de los pacientes. El
tratamiento en menores de nueve meses dura 30 días y en mayores, 60
días. Cuando más edad tienen más efectos secundarios pueden presentar y
un buen seguimiento hace posible que se controlen estos efectos. Por la
experiencia de MSF en Chagas, muy pocos pacientes han sufrido efectos
secundarios graves y han tenido que ser hospitalizados. Pero es muy
importante tanto el papel del médico como el del paciente, es necesario
explicar qué efectos puede tener la medicación para que los dos puedan
detectarlos y tratarlos a tiempo.
¿A qué dificultades hacéis frente a la hora de tratar la enfermedad de Chagas?
Actualmente, las herramientas que tenemos para tratar el Chagas son
pocas y antiguas. Seguimos utilizando los dos únicos fármacos que hay
para tratar la enfermedad, el Benznidazol y Nifurtimox, y no hay
avances en Investigación y Desarrollo (I+D) relacionados con el
Chagas. Estos dos medicamentos son poco eficaces y presentan un numero
considerable de efectos adversos. Por otro lado Por ejemplo, no hay
formulación pediátrica del tratamiento. Esto quiere decir que cuando
tratamos a un bebé le tenemos que explicar a la persona que administra
el medicamento que debe darle un cuarto de un cuarto de la pastilla.
Para que el bebé pueda ingerir la medicación, la persona al cargo debe
diluir el trozo de la pastilla en agua y luego administrarla con una
jeringuilla y esto lo debe hacer dos veces al día. Además, la dosis
varía en función del peso, así que cada semana en la revisión con el
personal de salud hay que pesar al bebé y adecuar el medicamento.
Ademas el personal de salud tiene poca formación y desconoce el manejo
de la enfermedad que es una barrera para llevar adelante la expansión
del diagnostico y tratamiento de esta enfermedad.
¿La población conoce la enfermedad?
Sí conocen la enfermedad, saben que existe y cómo mueren los enfermos
–principalmente por patologías relacionadas con el corazón y el
intestino– pero dan por hecho que no hay tratamiento. Además, muchas
veces te enfrentas a la incredulidad del enfermo. En la mayoría de los
casos, el enfermo no presenta ningún síntoma y cuando le dices que ha
dado positivo no se lo cree. Además, a diferencia de otras enfermedades
en las que el tratamiento hace que el paciente mejore y los síntomas
remitan, con el Chagas el paciente ha empezado el tratamiento sin
sentirse mal, debe hacer frente a posibles efectos secundarios y la
única manera de saber cómo ha ido el tratamiento es hacer el control
serológico.
Bolivia
es el país con mayor número de afectados de Chagas y se estima que un
60% del territorio es endémico. ¿Cómo se está haciendo frente a la
enfermedad desde los organismos públicos?
Hasta hace pocos años, la política del Ministerio de Salud respecto al
Chagas sólo se centraba en el control vectorial: analizar la vivienda
para comprobar si estaba infestada y fumigar. Se hablaba de la vinchuca
pero no se hablaba del enfermo. Sin embargo, la enfermedad de Chagas
sólo está ligada a la casa sólo cuando se vive en una zona endémica
donde hay vinchuca; debido a la migraciones y a la transmisión vertical
puedes estar enfermo y no vivir en estas zonas. Desde el año 2006,
aproximadamente, el Ministerio ha empezar a tratar enfermos, pero no en
todos los lugares del país y sólo a menores de 152 años.
Además, el Programa Nacional de Chagas dejó hace un año de recibir
financiación del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) que era el
principal financiador, complicando más su capacidad de trabajo.
Como doctora boliviana, ¿cómo valoras el trabajo que está haciendo MSF en Chagas?
Con los proyecto que está llevando a cabo MSF creo que estamos
rompiendo el miedo que tiene el personal de salud de tratar. Yo misma
antes de trabajar con MSF, trabajaba en un hospital público y nunca
había tratado enfermos de Chagas. |