Una buena dieta, actividad física y otros hábitos sanos ayudan a envejecer sin enfermedades ni discapacidad, según un trabajo publicado en el “Journal of the American Geriatrics Society”
Una buena dieta, actividad física y otros
hábitos sanos pueden ayudar a los adultos a mantenerse libres de
enfermedad y discapacidad a medida que envejecen, más allá de su nivel
de ingresos y educación, según sugiere un estudio de investigadores del
University College London (Reino Unido), publicado en el “Journal of
the American Geriatrics Society”.
En un seguimiento a largo plazo de empleados del Gobierno británico,
los investigadores observaron que el estatus socieconómico a temprana y
mediana edad afectaba las probabilidades de un envejecimiento
saludable. No obstante, los hábitos saludables también eran
importantes, más allá del estatus social.
Los resultados sugieren que el estilo de vida y otros factores
modificables pueden ayudar a contrarrestar las disparidades sociales en
términos de salud y longevidad, explica la Dra. Annie Britton.
Los resultados provienen de un estudio de 17 años de duración con
10.000 funcionarios londinenses que tenían una media de 44 años y no
presentaban enfermedades al comienzo de la investigación. Unos 5.800
participantes fueron incluidos en el presente análisis.
Al comienzo del estudio, los empleados fueron consultados sobre la
clase social de sus padres y su propio nivel educativo, con lo que los
investigadores midieron la "posición socioeconómica" en la juventud.
También se les preguntó sobre sus hábitos de vida actuales y los
niveles de estrés diarios.
Diecisiete años después, aproximadamente el 13% de los hombres y el
15% de las mujeres tenían un "buen envejecimiento", lo que implicaba
que no registraban enfermedades importantes y presentaban buen
funcionamiento físico y mental.
Las probabilidades de envejecer saludablemente dependieron en algún
grado de la posición social, reveló el estudio. Los hombres y las
mujeres que tenían empleos de mayor nivel y salario a mediana edad eran
más propensos a mantenerse saludables que los trabajadores de menor
nivel.
Del mismo modo, la posición social del trabajador en la juventud
estaba relacionada con las probabilidades de un buen envejecimiento,
independientemente del empleo e ingreso a mediana edad.
Con todo, el estilo de vida y el nivel de estrés en su época adulta
también fueron clave, más allá del estatus socioeconómico, indica el
equipo de la Dra. Britton. Los hombres y mujeres que consumían
alimentos saludables, evitaban el tabaquismo y realizaban ejercicio
regularmente eran más propensos a permanecer sin enfermedades ni
discapacidad.
Los resultados, según los autores, sugieren que los cambios en el
estilo de vida pueden aliviar los efectos sobre la salud de algunos
factores difíciles de modificar, como por ejemplo la ocupación y el
nivel de ingreso.
Journal of the American Geriatrics Society 2008;56:1098-1105
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