El genoma cambia durante la vida de una persona, lo que explicaría el aumento con el paso de los años de la susceptibilidad a ciertas enfermedades, según un estudio internacional que publica hoy la revista Journal of the American Medical Association.
Esas modificaciones epigenéticas, que no incluyen la secuencia del
ADN, son similares entre los miembros de una familia y pueden ser
hereditarias, señalan los científicos del Centro de Epigenética de la
Escuela de Medicina de la Universidad Johns Hopkins. "Hemos
comenzado a ver que la epigenética ocupa el centro de la medicina
moderna porque los cambios epigenéticos, al contrario de la secuencia
del ADN que es la misma en cada célula, pueden ocurrir como resultado
de la dieta y la exposición ambiental", señala en el informe Andrew
Feinberg, profesor de biología molecular y director del centro. "La epigenética podría tener influencia en enfermedades como la diabetes, el autismo y el cáncer", agrega. Los
científicos enfocaron su estudio en la metilación, una marca
epigenética particular en que grupos de metil -un derivado del carbón-
están adheridos al ADN. Los niveles inadecuados de metilación
pueden contribuir a las enfermedades. Cuando son excesivos pueden
desactivar los genes o cuando son bajos los activan en un momento o en
una célula equivocados, según explican. Los niveles de metilación
pueden variar sutilmente entre una y otra persona. Por ello la mejor
forma de determinar los cambios es estudiar a una persona durante un
tiempo, indica Vilmundur Gudnason, profesor de genética cardiovascular
de la Universidad de Islandia. Con esa idea en mente, los
científicos estudiaron los casos de 600 personas que suministraron en
Islandia muestras de ADN en 1991, y nuevamente en 2002 y 2005. Descubrieron
que en casi un tercio de esas personas la metilación se modificó,
aunque no en la misma dirección. Algunos perdieron metilación y otros
la aumentaron. "Lo que vimos fue un cambio detectable con el
tiempo. Esto fue una prueba de que la epigenética de un individuo sí
cambia con el tiempo", señala Daniele Fallin, profesor de epidemiología
de la Escuela Bloomberg de Pública de Johns Hopkins. "Lo
que no sabemos es por qué o cómo. Pero pensamos que esto es algo
hereditario y podría explicar porqué ciertas familias son más
susceptibles a ciertas enfermedades", añadió.
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