La expansión y envejecimiento de las poblaciones impulsará la demanda
de toda clase de servicios de salud durante el periodo 2008-12, y
pondrá a prueba la capacidad de los gobiernos para proporcionarlos. En
el mundo desarrollado, el costo de tratamientos de enfermedades
relacionadas con la obesidad y los elevados índices de cáncer,
combinados con el alto costo de las terapias a base de medicamentos
controlados, plantearán un reto a las entidades que pagan por ellos,
las cuales buscarán implantar controles de precios cada vez más
estrictos y restricciones en el rembolso por medicamentos. El volumen,
no el precio, hará que las ventas farmacéuticas se eleven durante el
periodo que se pronostica.
En el mundo en desarrollo, la incidencia de enfermedades crónicas,
como hipertensión y diabetes, provocará una demanda altísima de
tratamientos farmacéuticos. El gasto del sector salud se elevará en
forma dramática en los principales mercados emergentes, al ritmo del
crecimiento del PIB y de una mayor demanda. Pero cada vez más el sector
privado tendrá que soportar la mayor parte de la carga, ya sea mediante
seguros privados o pagos en efectivo.
El crecimiento de la
población total y de la población anciana constituirá el factor más
significativo del incremento de costos durante el periodo de
pronóstico. Por primera vez, la esperanza de vida en los países
cubiertos por los pronósticos industriales de EIU aumentará a más de 70
años, y la población de la tercera edad podría crecer en 43 millones de
pesonas durante los próximos cinco años. Esto presionará en forma
particular los sistemas de salud del mundo desarrollado, donde estas
tendencias se sentirán de manera más aguda. Esto, a su vez, causará un
mayor consumo de medicamentos controlados y visitas más frecuentes al
médico. El resultado será un incremento de 32% del gasto per cápita en
servicios de salud y un salto de 49% en gastos farmacéuticos, a precios
de fábrica, durante los siguientes cinco años. El mundo en
desarrollo experimentará una explosión en la incidencia de enfermedades
crónicas. Al final del periodo, es probable que haya en India 10
millones más de personas con diabetes, y China podría presenciar un
incremento de 15 millones en víctimas de hipertensión. Ninguno de estos
mercados será capaz de solventar el gasto por tratamientos de
enfermedades crónicas que son evidentes en Estados Unidos (EU) o la
Unión Europea. En consecuencia, el costo por tratamiento, en relación
con los mercados desarrollados, tendrá que bajar. El consumo, más que
el precio, impulsará el crecimiento total. El nivel de incidencia de
las enfermedades crónicas pondrá a prueba la capacidad de los gobiernos
del mundo en desarrollo para invertir en sus sistemas de salud. Unos
cuantos de los principales mercados emergentes encabezarán el
crecimiento de la inversión en servicios de salud y productos
farmacéuticos. Brasil, China, India, México, Rusia y Turquía
experimentarán un crecimiento del PIB real considerablemente más rápido
que el promedio global, de alrededor de 3% anual. Esto precipitará una
seguridad social más amplia e integral, y mayores beneficios para más
segmentos de la población. El sólido crecimiento económico generará
ingresos más altos y permitirá mayor inversión doméstica en seguros
médicos adicionales. Estas tendencias impulsarán la demanda de
productos farmacéuticos. Mientras tanto, el fortalecimiento de los
regímenes de patentes y la creación de sistemas de precios y rembolso
más transparentes alentará el crecimiento de la oferta de terapias
farmacéuticas de alto costo. La incidencia de cáncer y obesidad
se elevará en espiral durante cinco años a partir de 2008, y disparará
los costos de los servicios de salud en todo el mundo. Una población
envejecida y cierto estilo de vida provocarán mayor incidencia
oncológica y demanda de tratamientos. La oferta ejercerá también un
impacto alcista sobre los gastos, a consecuencia de una explosión de la
investigación y desarrollo (I-D) en fármacos relacionados con el
cáncer. Nuevos y mejores medicamentos, a costo más alto, tratarán a más
pacientes durante un tiempo más largo. En muchos países los
índices de obesidad se han triplicado durante los 20 años pasados. A
pesar de los enormes esfuerzos por despertar la conciencia de los
riesgos, es probable que los índices actuales sigan elevándose durante
los próximos cinco años, tanto en el mundo en desarrollo como en el
desarrollado. Esto conducirá a un salto en la incidencia de
enfermedades crónicas que requieren tratamiento a largo plazo, como
hipertensión y diabetes tipo 2. Y aumentará también el número de
intervenciones quirúrgicas de alto riesgo y la consecuente atención a
largo plazo de víctimas de infarto y apoplejía. La creciente
demanda de servicios de salud y productos farmacéuticos no se deriva de
la capacidad o la disposición de pago por parte de gobiernos y
personas. En consecuencia, es probable que los altos índices de consumo
sean las causas primarias del crecimiento, más que el precio. En el
periodo de pronóstico se dará un control nunca visto de los costos de
insumos por parte de gobiernos y aseguradoras privadas. Los
medicamentos genéricos serán más populares, no sólo debido a la serie
de medicinas exitosas cuyas patentes caducarán en los próximos cinco
años, sino por iniciativas gubernamentales como la sustitución
genérica. Mientras tanto, proliferarán también mecanismos de control de
precios. El cambio más significativo será que los fabricantes de
medicinas tendrán que demostrar la rentabilidad de sus productos con la
finalidad de lograr precios favorables y rembolsos. Viva más, gaste másEl
envejecimiento y crecimiento simultáneo de la población global
impulsarán el gasto en servicios de salud durante los próximos cinco
años, y aun después. Es previsible que la expectativa de vida –en los
60 países cubiertos por los pronósticos industriales de EIU– aumente de
72 años en 2008 a 73 en 2012. Ante índices de mortalidad a la
baja, la población global envejecerá en promedio durante los próximos
cinco años. El envejecimiento de la población del mundo desarrollado se
acelerará en los años posteriores al periodo pronosticado. Sin embargo,
la tendencia será evidente en los próximos cinco años: en 2012, 9.1% de
la población mundial tendrá 65 años o más. En total, la población
anciana aumentará en 43 millones en cinco años. Esto elevará
considerablemente la demanda de servicios de salud. Por tanto, EIU
espera que el gasto per cápita aumente de mil 46 dólares en 2008 a mil
270 en 2012. Los 43 millones de adultos mayores dispararán los
índices de consumo de fármacos controlados. Por lo general, los
pacientes ancianos requieren tratamiento más frecuente que otros grupos
de edad. En el mundo desarrollado, tienden también a beneficiarse de
seguros de cobertura integral, lo que los hace relativamente inmunes al
precio. Una población envejecida que vive más tiempo significará,
durante el periodo de previsión, mayor consumo de medicamentos
controlados durante más tiempo. Éste será un factor primordial en el
crecimiento anual promedio de las ventas farmacéuticas totales, a
precios de fabricante, de alrededor de 8% durante cinco años, hasta
2012. EIU espera que las ventas totales alcancen 1.2 billones de
dólares en 2012, por arriba de 868 mil millones de dólares de cinco
años antes. La cambiante carga de las enfermedades –y avances en
los tratamientos– impulsarán también el crecimiento de los gastos
farmacéuticos. Sedentarismo y dietas a menudo pobres han contribuido a
una explosión en la incidencia de enfermedades crónicas en el mundo
desarrollado durante los 20 años anteriores. La inversión continúa
focalizada en enfermedades como hipertensión, alto colesterol, asma y
diabetes. Una de las tendencias más significativas ha sido la
conversión de enfermedades terminales en enfermedades crónicas,
tratables mediante terapia a largo plazo con medicamentos controlados.
Los índices de ataques cardiacos han caído bruscamente en el mundo
desarrollado, a medida que millones de pacientes son tratados por
hipertensión y alto colesterol. El prolongamiento de la expectativa de
vida hará que quienes sufren estos padecimientos sean tratados por un
lapso mayor en el mundo desarrollado. Pero durante el periodo que se
pronostica, la misma tendencia comenzará a presenciarse en los mercados
en desarrollo. La rápida urbanización y la vida sedentaria
favorecen epidemias como diabetes y padecimientos cardiovasculares en
África, Medio Oriente, Asia y América Latina. India, por ejemplo, tiene
ya el mayor número de víctimas de diabetes del mundo, con más de 30
millones. Y se presume que el número habrá de duplicarse dentro de los
próximos 20 años. Sólo a finales del periodo de pronóstico se prevé que
se diagnostique diabetes a 10 millones más en ese país. Un escenario
similar podría observarse en otras partes. Se estima que China tiene un
total de 100 millones de víctimas de hipertensión, y que se agregarán 3
millones cada año. Esto derivará en una creciente demanda de
tratamientos farmacéuticos a largo plazo, y una espiral ascendente de
gastos. El tratamiento anual para un paciente de diabetes cuesta
alrededor 10 mil dólares en EU. La explosiva incidencia de
enfermedades crónicas en el mundo en desarrollo hará necesaria una
reducción del costo de los tratamientos. Pero aunque India gaste una
décima parte de esta cifra por paciente de diabetes, enfrentará una
factura adicional de 10 mil millones de dólares (mdd) durante el
periodo de previsión, por sólo una enfermedad. A largo plazo, esas
presiones obligarán a enfocarse de manera más enérgica en la prevención
de enfermedades, tanto en términos de programas de salud pública como
en investigación y desarrollo de fármacos. Tarde o temprano esos
esfuerzos ayudarán a contener el crecimiento de costos. Pero durante el
periodo que se pronostica el tratamiento de enfermedades crónicas en el
mundo en desarrollo será un negocio de alto costo. El agudo
ascenso de pandemias a través del mundo en desarrollo amenaza con
paralizar unos sistemas de salud que carecen de financiamiento
suficiente. Sin embargo, las economías emergentes de China, India,
Brasil, México, Turquía y Rusia comenzarán a causar impacto en el
crecimiento global de las ventas farmacéuticas durante el periodo de
pronóstico. Su participación en el mercado crecerá mucho más rápido
durante los años y décadas posteriores a 2012, pero entre 2008 y 2012
estas economías gastarán de manera considerable en medicamentos
controlados, por la razón simple de que pueden hacerlo. Durante el
periodo de pronóstico, EIU espera que estos mercados experimenten un
crecimiento anual del PIB real mucho más dinámico que el promedio
global, que se prevé en poco más de 3%. En el caso de China e India,
EIU pronostica un crecimiento anual del PIB real de cuando menos el
doble del promedio global durante cinco años, hasta 2012. El
resultado será la expansión continua de la seguridad social en los
principales mercados emergentes, que otorgarán más prestaciones
subsidiadas a una mayor parte de la población en los próximos cinco
años. EIU pronostica asimismo que Brasil, Rusia, India y China –los
denominados mercados BRIC–, junto con México y Turquía, tendrán un
crecimiento por encima del promedio en ingresos disponibles durante el
periodo. Esto impulsará el crecimiento de seguros privados adicionales
y la capacidad de los pacientes para pagarlos por propia cuenta. Una
mayor capacidad de pago, combinada con regímenes regulatorios más
estrictos y transparentes, alentará a la industria farmacéutica a
enfocarse en estos mercados, lo que impulsará el crecimiento del gasto
al elevarse el precio promedio de las recetas. La aparición de estos
mercados como consumidores importantes de servicios de salud, y
productos farmacéuticos particulares, será un factor esencial del
crecimiento global durante el periodo. Durante las siguientes décadas
su participación en el mercado global de servicios de salud crecerá aún
más rápidamente. Apoyo gubernamentalEl
impacto de los factores de costo sobre las inversiones en servicios de
salud y medicinas será mitigado por una estricta contención de los
gobiernos del mundo entero. Esto podrá observarse durante el periodo
tanto en el mundo en desarrollo como en el desarrollado. En muchos
países desarrollados, el gobierno es el mayor inversionista en
servicios de salud y durante mucho tiempo ha tenido un incentivo para
regular los costos. En el mundo en desarrollo, los reducidos
presupuestos de salud, por ejemplo, han conducido a depender de los
productos genéricos. En consecuencia, no ha existido la necesidad de
controlar el costo de los fármacos de patente. Cada vez más, sin
embargo, mercados emergentes en Europa, Asia y América Latina se abren
a medicinas de marca de más alto costo. Cada vez más, la
industria farmacéutica dirigirá su atención a América Latina. Los cinco
años posteriores a 2008 se caracterizarán por poblaciones envejecidas,
aunque a partir de bases menores que en el mundo desarrollado, mayor
inversión gubernamental en servicios de salud y apertura de mercados
nacionales a medicinas de patente. El interés de la industria
seguirá enfocándose en Brasil, y México representará 67% de las ventas
farmacéuticas latinoamericanas. En 2012, México tendrá el crecimiento
más rápido en América Latina, con ventas de 26 mil mdd, a precios de
fabricante, a causa, en parte, de la expansión continua de la seguridad
social. Fuente: EIU
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