Un malfuncionamiento molecular recién descubierto podría explicar el desarrollo de la presión arterial alta, la diabetes y problemas inmunológicos, informan los investigadores.
Versiones renegadas de las enzimas conocidas como proteasas
deambulan por el cuerpo, recortando segmentos que trabajan de los
receptores que permiten que la insulina entre en las células a hacer su
tarea, de acuerdo con un informe que aparece en la edición en línea del
30 de junio de Hypertension. Esa actividad enzimática
descontrolada también reduce la respuesta del sistema inmunológico a
las infecciones y eleva la presión arterial, apunta el informe. "Estamos
describiendo un nuevo mecanismo para las enfermedades y lesiones del
cuerpo", dijo el autor del estudio Frank DeLano, científico
investigador del departamento de bioingeniería de la Universidad de
California en San Diego. "Es una idea que no se había presentado antes.
Si aplicamos un inhibidor de la proteasa, podemos evitar el daño
observado en animales de laboratorio". DeLano y su colaborador
Geert Schmid-Schonbein, profesor de bioingeniería de la UCSD, han
estado trabajando con un modelo de enfermedad ampliamente utilizado en
laboratorio, unas ratas modificadas genéticamente para que tengan
hipertensión. Hallaron que las proteasas, cuya función es
eliminar los desechos moleculares, pueden dañarse y destruir una
variedad de distintos receptores en la pared celular. Si los receptores
de la insulina se dañan, el metabolismo normal de la glucosa no es
posible, lo que puede causar diabetes. Las proteasas también pueden
dañar receptores vitales para el funcionamiento de los leucocitos que
combaten las infecciones. Los investigadores también hallaron
que los receptores de proteínas en las superficies celulares se
inactivaban a medida que las ratas desarrollaban presión arterial alta.
"Muchos receptores en los vasos sanguíneos pueden hacer que éstos se
relajen", dijo DeLano. "Muchas proteasas que observamos en los animales
rompen los receptores responsables de la relajación". Cuando a las
ratas se les administró doxiciclina, un antibiótico que también es un
inhibidor de la proteasa, se redujo la presión arterial y se
restableció el funcionamiento normal del sistema inmunológico. Las
proteasas que causan el daño se filtran desde el intestino, apuntó
DeLano. "El mecanismo es un intestino permeable o con escapes", dijo.
"Lo denominamos como el síndrome del intestino con gotera". El
siguiente paso importante será demostrar que el daño de la proteasa
observado en ratas de laboratorio también ocurre en humanos. "Tendremos
que realizar ensayos humanos", destacó DeLano. "Estamos trabajando con
otros investigadores en ensayos humanos". "Ésta es una
observación importante", escribió en un editorial acompañante H. Glenn
Bohlen, profesor de fisiología celular e integral de la Facultad de
medicina de la Universidad de Indiana. "Relaciona información de que la
presión arterial alta y la resistencia a la insulina tienen el mismo
origen, el daño a los receptores". La función de las proteasas
en las ratas y los humanos es la misma, así que lo observado en el
laboratorio puede que ocurra también en los humanos. "Probablemente
ocurra en los humanos a diferente escala", dijo Bohlen. "Las ratas
tienen un ritmo metabólico distinto, mucho más rápido que el de los
humanos". Los estudios recién reportados podrían ayudar a
explicar por qué los antioxidantes como las vitaminas C y E ayudan a
combatir la inflamación, dijo. "El próximo método será
probablemente tratar un estado inflamatorio", dijo Bohlen. "Algo está
pasando con lo que podemos interactuar. Hay muchos métodos disponibles
comercialmente para bloquear las proteasas". Además de los
antibióticos como la doxiciclina, medicamentos como los inhibidores de
la ECA inhiben la proteasa, dijo DeLano. Los inhibidores de la proteasa
también se utilizan para controlar el VIH, el virus que causa el SIDA Más información La American Heart Association describe la importancia de controlar la presión arterial y la diabetes.
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