Las noticias sobre la marihuana son una de cal y otra de arena. Si en los últimos tiempos han saltado a la palestra evidencias de los daños que su consumo puede producir, especialmente en el cerebro, la actualidad también está salpicada de estudios acerca de sus posibles usos terapéuticos. En ese caso, una nueva investigación engrosa las filas de estos últimos al demostrar que fumar esta hierba alivia el dolor neuropático.
El debate acerca de si se debe utilizar la marihuana como un
componente más del tratamiento de los enfermos oncológicos o de VIH es
un tema candente,
sobre todo al otro lado del Atlántico. En Canadá ya se comercializa un
medicamento, Sativex; una combinación de 9-THC y otros cannabinoides
para aliviar el dolor neuropático (el que se produce por una lesión de
los nervios) en pacientes con esclerosis múltiple.
Este producto es el resultado de un largo camino de ensayos y
errores que ha demostrado que el 9-THC, principal principio activo de
la marihuana, por sí sólo no es capaz de imitar la acción de esta
hierba. La razón es que el 9-tetrahidrocannabinol tiene muchos efectos
indeseados que se cree son contrarrestados por otras sustancias de la
planta.
Sin embargo, al comparar el 9-THC con el citado fármaco canadiense
no se han detectado diferencias significativas entre uno y otro. De ahí
surge la hipótesis del estudio publicado en la revista 'The Journal of Pain' de que tal vez la marihuana fumada sea más eficaz.
Sus autores reclutaron a 38 personas que sufrían dolor neuropático.
Los participantes debían haber consumido previamente esta sustancia
(para evitar los efectos indeseados de la primera exposición), estar
limpios 30 días antes de inicio, tener un historial psiquiátrico en
blanco y no padecer otras enfermedades como hipertensión o asma.
Se fabricaron tres tipos de porro distintos: uno con un 7% de
delta-9-THC, otro con un 3,5% y el último con un 0%. Cada individuo recibió todos los tratamientos en orden aleatorio
en distintas sesiones separadas unas de otras al menos por tres días.
En cada una de ellas, los participantes seguían la misma pauta: dos
caladas después de realizar las medidas de su estado basal; tres, una
hora después; y cuatro, una hora más tarde.
Esperanza para las dolencias resistentes
Los niveles de analgesia alcanzados por ambas dosis eran similares y superiores a los del placebo. El cannabis redujo el componente esencial y el emocional del dolor
sin producir un efecto tranquilizante ni relajante como ocurre con los
fármacos opioides -analgésicos comunes como la codeína o el tramadol-.
Sus efectos, según los resultados del estudio, empiezan a desaparecer
al cabo de una o dos horas de la última exposición.
"Las consecuencias indeseables de fumar cannabis eran claramente
identificables", afirman los autores. "Sin embargo -añaden-, de acuerdo
con la noción de que éstas son aceptables para pacientes con dolor
crónico, no se produjo ningún abandono debido a ellos".
A pesar de que tras el consumo de la dosis más alta los
participantes mostraban un descenso de la capacidad cognitiva, menos
acusado tras fumar los cigarrillos del 3,5%, la mayor parte de ellos calificó el efecto de la droga como "bueno".
Esto coincide, aclara el estudio, "con la observación de que la mayor
parte de los pacientes considera el tratamiento con marihuana una
experiencia satisfactoria".
Los investigadores, procedentes de la Universidad de California
(Estados Unidos), concluyen que es probable que exista una dosis
terapéutica para el cannabis que "debe explotarse con fines clínicos",
siempre teniendo en cuenta los riesgos que supone su uso en
determinados grupos como adolescentes o pacientes con problemas
psiquiátricos.
Dado que el dolor neuropático suele tratarse con varios
medicamentos, "la adición de la dosis más baja efectiva de cannabis a
cualquier otro analgésico puede convertirse en un tratamiento eficaz
para los casos que no responden a otras terapias". Comentarios reservados a usuarios registrados. Por favor ingrese al sistema o regístrese. Powered by AkoComment! |