Cada tres días, un atleta muere mientras hace deporte por un problema
cardiovascular que había permanecido oculto hasta entonces. Su corazón,
aparentemente sano, no había dado ningún aviso que pudiera anticipar el
fatal desenlace. Para evitar estas situaciones, un equipo italiano ha
analizado la eficacia que tendría incluir electrocardiogramas en el
examen médico que pasan los deportistas antes de una competición.
Los investigadores, del Instituto Deportivo de Medicina de
Florencia, estudiaron durante 2002 y 2006 a 30.065 personas que
buscaban obtener el visto bueno médico para participar en competiciones
deportivas, en 30 disciplinas diferentes. Todos ellos se sometieron a
dos electrocardiogramas (ECG), uno en reposo y otro mientras realizaban
deporte, un requisito obligatorio en Italia.
El trabajo, que publica 'British Medical Journal', recoge que 1.812
participantes (el 6%) mostraron anomalías en el electrocardiograma
realizado en reposo y 1.459 (4,9%) descubrieron que algo no iba bien
gracias al electro practicado durante el ejercicio. Sin embargo, el
dato más llamativo y que destacan los autores, es que de los 1.459
deportistas que revelaron sus problemas durante la actividad física, 1.227 no habían mostrado ningún síntoma preocupante en el primer electro.
"Un número significativo de problemas coronarios sólo se hacen
visibles con la práctica de deporte, mientras que antes permanecen
ocultos, en silencio", indican los autores, que también vieron que a
medida que se cumplen años, pasada la década de los 30, es más probable
presentar fallos en el corazón al hacer alguna actividad.
Al final del reconocimiento, 196 individuos no obtuvieron el
consentimiento médico para participar en competiciones deportivas y en
159 de los casos la causa fue la identificación de problemas en el
corazón. "De ellos, solamente seis hubieran detectado el problema con
el historial médico y la exploración física. En el resto hubiera pasado desapercibido",
concluye Francesco Sofi, de la universidad de Florencia y principal
autor del estudio. Ante sus resultados, considera que "es necesario
incluir los ECG como pruebas previas para todos los que vayan a
participar en una competición deportiva, especialmente a los adultos de
mediana edad".
Una medida costosa
La idea de incluir o no un electrocardiograma como parte de las
pruebas médicas a las que se someten los atletas es controvertida y se debate desde hace tiempo.
Pese a sus posibles ventajas, los detractores argumentan en contra su
elevado precio y el número significativo de 'falsos positivos' que
puede dar.
Según el estudio, el coste estimado de este programa de prevención
ronda los 30 euros por participante. La implantación de esta medida
supondría un aumento evidente para los Sistemas Nacionales de Salud. No
obstante, los partidarios señalan que no es nada comparado con la
posibilidad de salvar vidas y de evitar las muertes súbitas en los
deportistas.
La Sociedad Europea de Cardiología y el Comité Olímpico
Internacional (COI) señalan la necesidad de realizar exámenes médicos a
los atletas antes de que compitan, mientras que la Sociedad Americana
del Corazón no apoya esta teoría.
De hecho, los países tampoco se ponen de acuerdo.
Así, en gran parte de Europa y en Norteamérica, el reconocimiento a los
deportistas se basa en hacer un historial completo del paciente, con
los antecedentes familiares, y un examen físico.
Sin embargo, en Italia los individuos que quieren competir
profesionalmente en alguna actividad deportiva también deben hacerse
dos ECG.
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