El consumo de cocaína en España está causando un aumento de las operaciones de nariz (rinoplastías )
para reconstruir el tabique nasal, y los médicos descubren cada vez más
casos de personas con esta adicción en exploraciones nasales.
Aunque no hay datos globales, el número de peticiones de esta
intervención está creciendo mucho, según ha declarado a Efe el doctor
José María Palacín, cirujano plástico de la clínica Teknon, centro que
ha intervenido a una treintena de personas para corregir deformidades
importantes en los últimos 8 años.
Palacín ha explicado que cada
vez se detectan con mayor frecuencia signos inequívocos del consumo de
cocaína en personas que se exploran a fondo por problemas de
respiración, traumatismos faciales, accidentes de circulación o que
quieren ser sometidos a una operación estética
Según el doctor
Palacín, cuando los médicos les avisan de los peligros de su adicción
"la mayoría niega su condición de consumidores" de esta droga.
El
perfil de este tipo de pacientes adictos a la cocaína es tanto de
hombres como mujeres de 30 a 50 años, y los síntomas menores en las
fosas nasales son hemorragias, pequeños silbidos de la nariz y
formación de mucosidades excesivas con costras sangrantes.
Sin
embargo, para una perforación del tabique nasal el consumo debe ser
frecuente y de importancia durante más de dos años, y el nexo común es
estos casos es que tienen la nariz deformada y torcida.
Palacín
ha remarcado que ante esta situación, que detectan todos los cirujanos
plásticos, en congresos y reuniones ya se abordan estas cuestiones y se
trata de los procedimientos quirúrgicos para reconstruir la nariz, que
deben hacerse siempre con la ayuda del paciente y el compromiso de
dejar la cocaína, lo que no siempre ocurre.
Según los últimos datos aportados por la ONU,
la tasa de consumo de cocaína en España ha superado, por primera vez en
la historia, la de Estados Unidos, y cuadruplica la media europea,
datos que reflejan un importante problema de salud pública, ya que se
estima que uno de cada cinco consumidores europeos son españoles.
Según
este experto, la cocaína tiene un efecto vasoconstrictor, es decir,
disminuye el flujo sanguíneo en las zonas que mantienen contacto con
esta sustancia e impide que llegue tanta sangre como es necesaria.
Cuando
el consumo de cocaína es excesivo y habitual en la misma zona, esta
falta de riego casi permanente hace que se resientan los tejidos o que
mueran todos los que están en contacto con esta sustancia, y es a
partir de ahí cuando se produce el deterioro del tabique nasal, que
está formado por cartílago y mucosa, y cuando se debilitan los tejidos
produciendo una perforación.
Respecto a la cirugía correctora,
Palacín ha matizado que existen diferentes grados de deformación, desde
aquellos pacientes que requieren pequeñas intervenciones para retocar
defectos menores, hasta otros que necesitan recurrir a la microcirugía
para corregir defectos importantes.
La reconstrucción del
tabique nasal se realiza reemplazando el cartílago y las mucosas
dañadas por los mismos tejidos extraídos de otras zonas del cuerpo,
como son el pabellón auricular, la costilla o el antebrazo,
puntualizando que "pensar que se coloca un tabique de platino es un
falso mito".
Sin embargo, antes de llevar acabo una cirugía
reparadora, los cirujanos plásticos deben asegurarse, a través de un
estudio psicológico previo, de que el paciente ya no es consumidor de
cocaína, porque si continúa consumiendo cocaína, en pocos días de
destruye todo lo que se ha conseguido reconstruir.
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