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El último estudio, y el más grande a nivel mundial, realizado sobre la
diabetes, determinó que el control intensivo de la glucemia es el
tratamiento más eficaz y seguro contra la enfermedad. Se demostró que
mantener un monitoreo estricto reduce en un 10% las complicaciones
graves asociadas a esta patología, y en un 21% el riesgo de enfermedad
renal.
“El estudio tiene una gran importancia porque por primera vez fue hecho
en una cantidad de pacientes tan grande”, afirmó el doctor Guillermo
Burlando, jefe del departamento de Medicina del hospital Tornú y ex
presidente de la Sociedad Argentina de Diabetes (SAD). El profesional
indicó que fueron analizadas “más de 11 mil personas y se demostró que
el buen control de la glucemia lleva a una disminución considerable en
las lesiones degenerativas de la enfermedad”.
La diabetes es uno de los problemas de salud de más importancia a
nivel mundial, con alrededor de 171 millones de personas afectadas y
un incremento del 50% de los enfermos en la última década, según datos
de la Organización Mundial de la Salud. Cabe aclarar que existen
distintos tipos de la enfermedad y que el estudio se realizó en
pacientes con diabetes tipo II (la más benigna de las dos), “pero sus
resultados son extrapolables a los diabéticos tipo I (los que requieren
inyecciones de insulina)”, aseguró Burlando.
La mayor parte de las complicaciones están vinculadas a los grandes
vasos, por lo que lleva a problemas cardiovasculares y lesiones en los
miembros inferiores, entre otras. A través del estudio, presentado en
el Congreso de la Asociación Americana de Diabetes, se comprobó que
mediante controles intensivos se pudo alcanzar muy bajo nivel de
hipoglucemias, una reducción de peso en los pacientes y una baja del
12% en los casos de muerte cardiovascular.
En nuestro país, el 8,5% de la población adulta padece esta
enfermedad, es decir unas 2,4 millones de personas, de las cuales el
60% no se controla o ni siquiera sabe que está afectada. Burlando
consideró que “estas novedades van a estimular mucho a los pacientes a
seguir las indicaciones de sus médicos, como las visitas periódicas, el
automonitoreo y la administración de la medi-cación ideal para cada
caso”.
Según el especialista, “el tratamiento en un diabético tiene
cuatro pilares fundamentales, a tener en cuenta desde que aparece la
enfermedad y, como es crónica, para toda la vida. Estos son la dieta,
la medicación, la actividad física y la educación. Lo más difícil de
seguir siempre es la dieta”.
A pesar de las preocupantes cifras respecto a la cantidad de
afectados en Argentina, los especialistas reconocen que se han hecho
varios avances, sobre todo desde que entró en vigencia la “ley del
Diabético” en 1992. “Fue un punto a favor en el mejoramiento de las
condiciones de vida de los diabéticos, porque implicó un marcado
descenso en los precios de las drogas y el acceso a las insulinas sin
ningún costo para los pacientes”, señaló Burlando.
Sin embargo, el ex presidente de la SAD indicó que “aún queda
bastante por mejorar, sobre todo respecto de las tiras reactivas”, que
sirven, justamente, para que el paciente pueda medir sus niveles de
glucemia. “Cuesta que las prepagas las entreguen sin límite, del mismo
modo que lo hacen con la insulina, pero es sumamente necesario que esto
sea considerado, porque se están entregando como máximo 400 tiras al
año por persona con un descuento del 50%. Esto es, poco más de una por
día, cuando un diabético, como mínimo, necesita de cuatro diarias”,
remarcó Burlando.
Controlarse cuesta caro
- Mediante las tiras reactivas los diabéticos pueden controlar sus
niveles de glucosa en sangre, algo fundamental para mantener la
enfermedad a raya.
- Para un control estricto, los pacientes necesitan al menos
cuatro tiras por día, aunque el ideal es que utilicen seis: una al
levantarse, una antes del almuerzo y otra después, una antes de la cena
y otra después, y una sexta antes de acostarse. Esto implicaría 180
tiras mensuales.
- Las prepagas sólo reconocen el 50% de 400 tiras anuales, esto es, la mitad de una tira por día.
- IOMA, en el mejor de los casos, reconoce el 75% de 100 tiras mensuales, lo que alcanza para tres controles diarios. Los
pacientes deben pagar en la farmacia un dife-rencial que ronda los $ 80
por cada 100 tiras.
- Si no se posee cobertura, el costo de las 100 tiras es de $ 300.
Educar a los pacientes, la principal herramienta
Los especialistas subrayan que los hábitos alimentarios y la actividad física cumplen un papel determinante por encima de la
influencia genética. Es por eso que la educación y la
concientización de los pacientes y su entorno resulta fundamental como
contexto del tratamiento.
Burlando, ex presidente de la Sociedad Argentina de Diabéticos,
afirma que esta institución “se ha dedicado especialmente a la
educación de los pacientes para que conozcan a fondo su problema, y ha
llegado a resultados extraordinarios respecto de los que no reciben
esta educación”.
En nuestra ciudad, el Centro para la Educación en Diabetes
Bernardo A. Houssay (67 n° 620 entre 7 y 8) trabaja en esta área,
siendo un referente nacional e internacional para la educación de
personas con diabetes y de integrantes del equipo de salud. Es una
entidad educativa sin fines de lucro, cuyas actividades, inicialmente
limitadas a la educación de personas con diabetes, se han extendido a
la capacitación de integrantes del Equipo de Salud.
El centro desarrolla cursos o seminarios estructurados de modalidad
grupal (grupos interactivos de alrededor de 10 personas), de carácter
intensivo, de tipo ambulatorio o con permanencia en la institución e
incluyen teoría y práctica. Además, desde 2001 se agregó la modalidad
de capacitación en servicios para médicos de hospitales pertenecientes
al ministerio de Salud de la provincia de Buenos Aires.
Un programa para los que no tienen cobertura social
En la Provincia existe un programa dirigido a los pacientes sin
cobertura de obra social, el Prodiaba. Para contar con sus beneficios,
que incluyen entrega de jeringas, agujas para la aplicación de insulina
y tiras reactivas, sólo hace falta concurrir al servicio social de
cualquier hospital público provincial o municipal.
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