Los niños que padecen trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDAH) tienen un aumento de 50 por ciento en el riesgo de obesidad si no toman medicamentos para su afección, según encuentra un estudio reciente.
Por otro lado, los niños que eran medicados
para el TDAH tenían un mayor riesgo de peso bajo, encontraron los
mismos investigadores. "En vista de estos hallazgos, los niños y
adolescentes que padecen TDA/TDAH deben ser monitorizados respecto al
sobrepeso, el peso bajo y la pérdida de peso. Al monitorizar el estado
del peso de estos niños, los profesionales clínicos estarán mejor
preparados para el desarrollo de obesidad infantil y las consecuencias
negativas de salud y psicosociales", concluyeron los investigadores. El informe aparece en la edición de julio de la revista Pediatrics. En
el estudio, las investigadoras Molly E. Waring y Kate L. Lapane, del
departamento de salud comunitaria de la Facultad de medicina de la
Brown, en Providence, Rhode Island, recolectaron datos de casi 63,000
niños y adolescentes entre los 5 y 17 años de edad. Los datos
provinieron de la Encuesta nacional de salud infantil de los EE.UU. de
2003-2004. Los investigadores encontraron que los niños que
tienen TDAH que no tomaban medicamentos para la afección tenían un
riesgo 1.5 veces mayor de tener sobre queso que los niños que no tenían
TDAH. Al contrario, los niños que tenían TDAH que tomaban medicamentos para la afección tenían 1.6 veces más riesgo de tener bajo peso, encontró el estudio. Pero algunos expertos no encuentran que la conexión entre el TDAH y el peso sea muy convincente. El
Dr. David L. Katz, director del Centro de investigación sobre la
prevención de la Facultad de medicina de la Universidad de Yale, señala
que, teniendo en cuenta que tanto la obesidad como el TDAH están tan
generalizados, es de esperarse que algunos niños que sufren de TDAH
sean obesos. "Tanto el TDAH como la obesidad tienen una alta
prevalencia entre los niños y adolescentes de EE.UU. Es de esperarse
que haya una considerable yuxtaposición entre las dos afecciones,
aunque tengan poco que ver entre sí", apuntó Katz. En cuanto al
Ritalin y otros fármacos usados para el TDAH, su relación con el peso
está bien establecida, señaló Katz. "La respuesta aquí es identificar
las causas del TDAH, de manera que menos niños terminen necesitando
tratamiento médico en primer lugar", aconsejó. El Dr. David W.
Goodman, profesor asistente del departamento de psiquiatría y ciencias
conductuales en la Facultad de medicina de la Universidad Johns Hopkins
en Baltimore, estuvo de acuerdo en que "el estudio confirma algo
conocido". Goodman afirma que hay una asociación entre la
obesidad y el TDAH, pero no está claro que sea de causa y efecto. "No
se tiene una relación causal, pero se puede decir que es una
correlación estadística potente", dijo. Goodman añadió que el
hecho de que haya alrededor de uno de cinco niños que padecen TDAH que
tengan sobrepeso es interesante, pero no necesariamente relevante para
la clínica. "Estamos hablando de un aumento de 1.5 [veces] en el
riesgo. Provoca sorpresa, pero no pavor", dijo. Sin embargo,
Goodman considera que los padres de niños que tengan TDAH deben tener
cuidado con su dieta y comprender que estos jóvenes tienen un mayor
riesgo de obesidad. "Los pediatras de niños a los que se les
diagnosticó TDAH recientemente deben informar a los padres de los
factores de riesgo para el aumento de peso y la obesidad", dijo
Goodman. "No se trata simplemente de un trastorno educativo, sino que
afecta una amplia variedad de áreas de la vida de las personas".
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